"Quizá por eso, a mí lo que más me interesa de los orígenes del euskera no sea la parte teórica a debate, sino algunas particularidades de la propia lengua, por ejemplo, el vínculo que las palabras más antiguas guardan con la naturaleza. Es el caso de las palabras lur, "tierra", y elur, "nieve", que si son tan parecidas es porque en otro tiempo antiquísimo, según los lingüistas, fueron la misma palabra para designar la misma cosa, memoria de una era en la que el clima era tan frío que la nieve lo cubría todo."
De La vida anterior de los delfines (Seix Barral, 2022), novela de Kirmen Uribe, p. 198.
En cántabro tenemos las formas orientales lurria, "suciedad", y lurriosu, "sucio", aquí.
No es exactamente lo mismo, pero el montañés terreñaz, la tierra que asoma con el deshielo, literalmente tierra que nace, es de las más bonitas.
Acaban de dar a este libro el premio nacional de la crítica.
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