Se lo acabo de decir a los responsables de la campaña pero lo repito a continuación: los árboles de los
corros de bolos se podaban y la leña se daba a las personas necesitadas, en particular viudas y mujeres solas. A mí me lo han contado en Sopeña de Cabuérniga pero supongo que fuera algo común a todos los pueblos de Cantabria.
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