La acaban de abrir en la C/ San Luis. Es una de esas tiendas de ropa de colores chillones crecidos por la mucha luz y blanca, y tela vaporosa, de lo poca. Pero es una tienda seria. Debe hacer calor dentro porque tienen la puerta entornada a pesar del frío de afuera. La dependienta es sudamericana y seguramente la propietaria por la ilusión con que se ve que atiende a la única clienta, aparentemente española, con ropa también chillona puesta. Esta sostiene una prenda en la mano, sopesándola. Me arrimo a la puerta sin entrar. La chica se aparta un poco, a la expectativa. La clienta se lo piensa. Oigo que le pide rebaja como en el mercadillo. Ella se entristece.
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