No hemos oído hablar todavía de seca, de "sequía". La palabra seca también tiene su tiempo, y todavía no ha llegado. Por eso, el hecho de no emplearse la palabra seca pese a la sequía que estamos padeciendo es síntoma de que lo que está pasando los vecinos lo ven como algo distinto. Por aquí está entrando la noción de cambio clímático o lo que ya podríamos denominar cambéu climáticu.
También es común la sorpresa ante la venta que hacen los medios de esta carencia de agua como una buena noticia, se entiende que para el turismo.
Por el momento los medios se perciben como desinformados, es decir, se les otorga el beneficio de la duda. No tardarán en verlos como algo ajeno y más tarde como una amenaza. Hacen falta medios locales que atiendan a nuestra realidad e intereses.
"Así que esta Semana Santa, cuando Revilla y la obsesión turistificadora empiecen con la cantaleta del “buen tiempo”, recordemos que buen tiempo en Cantabria puede apuntar al frescor del nublado, a la lluvia repiqueteando tras los cristales de una galería en una tarde de abril o, como reza el dicho, a un “marzo ventoso y un abril lluvioso” que traigan “un mayo florido y hermoso”, y no a un sol apocalíptico que nos lleve a cocernos como ranas."
ResponderEliminarDe "El sol de las ranas hervidas" de Patricia Manrique, aquí:
https://www.eldiario.es/cantabria/primera-pagina/sol-ranas-hervidas_132_10091629.html