- ¿Pero por qué?
- Pues porque son las casas de las vacas -hace una breve pausa que aprovecha para cerrar la puerta de su invernal, que está en el lugar conocido como Espina Flor y continúa-. Las vacas no eran tratadas con cariño pero sí con respeto. Eran su vida. Sin ellas no podían vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario