domingo, 7 de abril de 2024

"El Hombrecillo de los Gansos" (José Janés Editor, 1947) de Jakob Wassermann, fragmento

"Daniel se hallaba en el mercado de fruta, delante de la fuente del Hombrecillo de los Gansos, y devoraba un par de manzanas.

El sol se dejó ver, y él noto que la sombra de la figura de la fuente retrocedía lentamente detrás de él hacia la iglesia. Le entristeció ver que el tiempo pasaba y cómo pasaba. Pero cuando se volvió y vió al hombre de bronce, con sus dos gansos debajo del brazo, de pie, tan indiferente y tan confiado, no pudo menos de reír.

Lo que le hacía reír era, de una parte, la inmovilidad del hombrecillo, aquella espera y aquel estar constantemente allí, y de otra la idea de que alguien pudiera parecer tan contento por una cosa tan nimia como llevar dos gansos bajo el brazo."

De El Hombrecillo de los Gansos (José Janés Editor, 1947), novela de Jakob Wassermann, p. 71.

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