Mariuca fue enterrada con una panoja que conservaba de Coterillo, donde nació, una panoja pequeña y naranja, antigua. Estuvo siempre rodando por casa. La metió en el ataúd su nieta, Raquel.
Mariuca tenía una pequeña tienda de ultramarinos adosada al Hotel Colón, en El Sardinero. Fue la primera paciente de la Casa de Salud Valdecilla,
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