Estábamos discutiendo sobre la representación tradicional de los astros en aquel mejicano de Sarón y Raquel expuso el caso de Concha, cabuérniga de 85 años, que decía que el sol es naranja, a lo que Raúl respondió que porque en La Montaña el sol que se tiene en mente es el primero que se ve, el primero del día, de ese color. Son distintas formas culturales de percibirlo. En Cataluña por ejemplo se pinta redondito y con una cara sonriente dentro, completó Raúl.
En relación, aquí.
"Raymond se izó el último y encontró en el puente [del barco] el zafarrancho de todas las auroras: la madura naranja del sol asomándose por el horizonte; los hombres que, mal equilibrados sobre una pierna, se enfundaban los calzones de hule embreado...". De El hombre de proa (La Botella Errante, 1963), novela de Henri Cornélus, p. 21.
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