Eran tres chicos y una chica. Del pueblo de Ucieda. Subían a caballo. Eran menores de edad. Yo me había apartado del camino siguiendo la carricava de Colláu. Les oí al pasar decir que cuando pudieran a cuántos sitios irían.
A Argentina, propuso uno.
Pero a caballo no se puede, contestó desilusionado otro.
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