martes, 6 de diciembre de 2011

Sombras

Para alguien como yo habituado a los muros de cantos rodados del occidente (esas celosías de piedra que cuartean los prados) resulta extraño sentarse a la sombra de los muros de piedra de acantilado, que llegan a alcanzar varios metros de altura, de la costa norte de Santander.

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