Ayer estuve en la presentación del libro Arquitecturas y paisajes del imaginario japonés, del arquitecto cántabro Ramón Rodríguez Llera, publicado por la Universidad de Valladolid, y me vino a la cabeza lo siguiente:
Las viviendas tradicionales japonesas disfrutan de jardines con los que buscan introducir la naturaleza en el interior. Para ello cuentan con un montón de recursos que ignoro si están recogidos en este libro, pero que se pueden consultar en otro sitios.
¿Qué más dejar paso a la naturaleza que meter al cielo dentro? Ahí están nuestros pequeños cosmos tendidos en el suelo, nada más abrir la puerta, en el distribuidor: nuestras colecciones de astros, nuestros estragales.
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