sábado, 21 de diciembre de 2013

Por la noche

Raquel se compró una bicicleta de esas plegables, con rueditas pequeñas pero muchos cambios, en un mercadillo de Valle. Normal que la vendieran, en Valle. La ató una noche en la farola de enfrente de mi casa. Yo apenas duermo. Hacia las cuatro de la mañana oigo un tintineo en la calle. Me asomo al balcón y veo a un chaval borracho intentando robarla mientras charla con una chica, con un par. Aviso a Raquel y entre los dos les llamamos la atención. La pareja se va a un bar que no cierra a la hora, el Urban, que lo lleva un chico que me parece bastante repelente, la verdad, pero eso son cosas ya mías. Bajamos a por la bici para meterla en el portal. Vemos a un pescador que llega cargado de trastos y colgada de su cuello a una prostituta. Es vecino de enfrente. No deja entrar a la chica. La chica se va haciendo eses. A lo mejor no es prostituta. Sale un borracho del bar y se le arrima. Raquel y yo subimos. Una vez arriba, me asomo de nuevo al balcón. La chica se deja. El chico se la lleva a un callejón donde la gente aparca sin OLA. Ya no se ve más. Ya no quiero ver más. Me meto en la cama. Yo es que apenas duermo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario