Sabido es que cuando quieres hacer una obra en casa el arquitecto tiene poco más que hacer que firmar. Lo habitual es que todo el peso lo lleve el obrero del pueblo, y su cuadrilla.
Conocí hace tiempo a un obrero de Cabuérniga que me dijo que había vaciado casi todas las casas del valle. Lo decía orgulloso (de acuerdo con nuestra mentalidad típicamente esquilmadora). Eso significa entrar, tirar toda la estructura de madera y dejar solo la piel de piedra de la casa, su carcasa; quedarse con la peladura, vamos.
Pongo aquí el enlace a una rehabilitación hecha por un arquitecto en una casa tradicional gallega. Merece la pena leer el PDF.
Pongo a continuación las palabras que dedica a este proyecto el arquitecto cántabro que me ha enviado la referencia, palabras escritas a vuela pluma (espero que el aludido no se moleste; lo hago para hacer ver que entre nosotros también hay profesionales capaces): "Es una mirada contemporánea a la tradición. La arquitectura no se ha transformado, solamente se ha actualizado. Si la escalera estaba en la cocina sigue estando, porque no??... si las particiones se hacen en madera (eso nos suena) las hacen en madera... es de una delicadeza, de un esfuerzo en el trabajo de proyecto y de ejecución de la obra encomiable... una joya, un buen referente de lo que se puede hacer para no traicionar, sustituir o desechar lo existente, sencillamente actualizar, introducir el programa, la tecnología o el confort necesarios, sin renunciar a lo que ya tenemos..."
Lamentablemente tiene el aspecto de estar "perfectamente desubicada".
ResponderEliminarNo creo que las rehabilitaciones deban ser fieles al origen, pero en este caso el interior carece de la confortabilidad propia de las casas tradicionales, que son confortables precisamente porque son vividas. Esta parece que está hecha para recibir a los reporteros de las revistas de decoración.