lunes, 3 de marzo de 2014

¿Y si la realidad fuera acumulación y no sucesión?, 3

"El discurso del tiempo: A través de su relación con la naturaleza, el artista se asocia a un mundo remoto, el de sus orígenes primitivos. Este aparente regreso a culturas primigenias no ha de entenderse como una proyección nostálgica del pasado, sino como una mirada crítica que revisa la actualidad con cierta sospecha. Mediante sus intervenciones, el artista cuestiona el concepto no ya solo de arte, sino de cultura, progreso, ciencia y hasta realidad, que el hombre asume normalmente. (...) La consigna para los artistas del land art no sería tanto un regresar nostálgico a los orígenes de la humanidad, sino una alarma que se dispara para indicarnos que todavía somos tal y como fuimos, y que en el hecho de ser así radican misteriosamente las posibildiades de nuestro futuro. (...) Según Kubler [La configuración del tiempo, 1962], hay objetos originales que resultan de las conexiones que en un momento dado establece el hombre con su entorno, que pueden generar réplicas, formando lo que Kubler llama secuencias. Para él, la historia del arte se resuelve a base de estas secuencias, esto es, de las necesidades específicas y de sus sucesivos estados de satisfacción. Por ello, son abiertas e inagotables; además, ni se suceden cronológicametne, pues pueden aflorar o permanecer latentes según las necesidades, ni son exclusivas de una época, ya que simultáneamente se pueden activar varias antiguas con otras nuevas. En otras palabras, en el presente conviven tanto objetos originales como réplicas, ya que los problemas del pasado pueden reactivarse bajo unas nuevas condiciones y continuar su secuencia con formas nuevas. Es más, prediciendo los objetivos del land art, Kubler superpone simultáneamente las formas del pasado prehistórico a las más actuales, las cuales, además, contienen ya las futuras en estado embrionario. (...) Es ese sentido del discurrir lineal del progreso del arte, la ciencia y la historia el que revisa el land art y el que critica Kubler. En ambos encontramos ya las primeras manifestaciones claras del pensamiento posmoderno que rebaten (...) el planteamiento de Clement Greenberg. Para Greenberg, inmerso en la corriente de un tiempo vectorial, el arte se sumerge en esa dialéctica de la superación, que Smithson y Heizer, entre otros, denuncian ya como ilusoria: "Más que innovar, declara Heizer, deseo que mi obra vaya hacia atrás hasta fundirse con el pasado". "No hay nada nuevo ni nada antiguo" escribe Smithson. "Ningún acto es completamente nuevo - escribe Kubler -, por eso generalmente los artistas han preferido repetir el pasado más que alejarse de él". (...) El land art combatió el progreso artístico hegeliano y greenbergiano insistiendo en las superposiciones entre el pasado y el presente. En este caso, aparte de ubicar la obra en los mismos espacios que lo hicieron nuestros antepasados en el paleolítico y neolítico, algunos artistas además han querido ubicar su obra en un tiempo ahistórico, que les permita jugar con las fronteras del antes, el ahora y el después. Morris, por ejemplo, en el círculo exterior de su Observatorio señala los sitios por los que atraviesan los rayos de luz en los equinoccios mediante cuatro vanos en forma de triángulos. Con ello, su espacio circular, de claras reminiscencias neolíticas, queda marcado por el recorrido cíclico solar sempiterno y repetitivo; espacio y tiempo quedan aquí, por tanto, intrínsecamente asociados a una invariabildiad infiniva". En Land Art, de Tonia Raquejo, 2001.

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