(1)
Estamos sentados Raquel y yo tomando una caña en uno de los barrios duros de Santander, que los hay (sí).
Al lado dos señoras que parecen hermanas. Están con un niño de unos tres o cuatro años que seguramente sea el nieto de una de ellas. No sé en qué momento, porque no estaba a ellas, sino a nuestras cosas, se ponen las dos señoras a cantar. Parece una nana.
Sí, lo es: le están hablando al niño de estrellas, de la luna...
Se dan cuenta de que estamos callados, escuchando, y ellas también callan. Le espeta una de ellas al crío: "Bueno, ya está bien, como no te calles te pego".
Qué suerte haber podido escuchar una nana tradicional santanderina, aunque solo fuera por un momento.
(2)
En un comentario de entradas más atrás Apa nos decía lo siguiente:
"Los pájaros que yo haya podido pintar ya no tenían nada de aire tradicional. Los que si lo tenían y vi esbozar o grabar estaban de lado, ejecutados de pocos trazos muy sencillos, como las palomas que dibujaba Alberti."
Hace años sacamos un libro que llevaba en portada un pájaro como el que indica Apa tomado de un vaso de cuerno campurriano. El libro está disponible aquí.
(3)
Diz Ramón Saizarbitoria en Guárdame bajo tierra, recién reeditáu por Erein, que la cucina vasca era güenu pola calidá de los ingredientes y que n´autualidá, esapaecíos éstos (ni pescáu ni carni ni verdura...), la cucina vasca sigui siendo güenu por ber síu pa sustituir ingredientis por elaboracionis que no se han esapartáu de la tradición.
(4)
Ena feria del libru una cría pringunta al padre que si las señoras que salin ena cubierta del últimu libru de Peñafiel son actricis y el padre ritrúcali que no, que son reinas.
La cría amira y sal echando una currindía, sin importali si sí o si no.
(5)
Aquí una defensa más del libro en papel.
Estamos Raquel y yo últimamente muy interesados en el racionalismo arquitectónico santanderino. Nos estamos incluso planteando hacer algo al respecto. En absoluto en papel. Nos estamos planteando, ahora que estamos empezando a dar vueltas al asunto y es hora de imaginar, hacer una página web donde encontrar una galería de imágenes, donde poder descargar itinerarios, una página web con una base de datos, con entrevistas, planos tridimensionales, etc.
Que los autores empiecen a pensar en clave electrónica es el primer paso. El segundo y definitivo será cuando los lectores o consumidores o receptores ya no confíen en el papel y busquen directamente en internet. Incluso llegará el día en que no es que desconfíen del papel, es que ya ni siquiera se acuerden de él.
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