"Bebían no más que agua, aun en tiempos adelante, y dormían en el suelo sin género de regalo más que el sayo dicho, y las casas en que se albergaban, eran de poca defensa, cubiertas de tajamaniles o tablas delgadas de haya, con bien poca curiosidad labradas y puestas, aunque grandes porque no tenían dentro más de dos repartimientos, el uno para ellos y el otro para sus cabras y animales domésticos, que no sufren mucho el rigor del grande invierno en el campo, por las continuas aguas que caen. Llámase a la casa YCHIA que quiere decir cerrado, y ahora ECHEA, y también ETSEA, y a la que está cercada de pared o tapia, llamaban ORMAYCHIA, por llamarse a la pared HORMA en mi lenguaje, como también se halla que en toda España. Se llamaba así, de quien permanecen hasta hoy rastros de ello, llamándose en Castilla a las tapias HORMAZOS, en testimonio de lo que os voy tratando de mi antigua posesión".
Tomado de: Discursos de la antigüedad de la lengua cántabra vascongada compuestos por Baltasar de Echagüe, natural de la Villa de Zumaya en la provincia de Guipúzcoa y vecino de México, pp. 14 y 15.
Año 1607.
Este texto da pistas sobre cómo eran las casas anteriores al año 1500 que, recordemos, es uno de nuestros grandes enigmas.
Recordarías con esto el topónimo bastianu :"Jormazu".
ResponderEliminarLa última vez que estuve por allí el día del patrón me quedé con una "seguerilla" que cantaba un hombre mayor:
"Como hoy es dia fiesta
mañana, prisa ninguna,
para subir a Jormazu
cogeré el tren de la una"
Apa.