lunes, 7 de diciembre de 2015

Café solo

No tengo tudancas, solo rojas.

Leche no; carne.

No le pregunto por el nombre de sus vacas.

Pedro, a quien encuentro tomando un café al lado de las estaciones,
no pasa el verano en Sejos, como le gustaría, solo sube cuando puede, una vez a la semana, a lo sumo.

Lo hace en todoterreno.

Ya no hay pastores ni seles, me dice.

Las tudancas están más hechas al monte, pero da lo mismo.

Dos vacíos de la cuadra me han hecho en los últimos años.

Pedro me dice que las vacas vuelven al lugar donde han mamado de
becerras y que su hija de ocho años se escapa de noche al monte.

El café sin probar.

Le da vueltas con la cucharilla, atento, y es su brújula.

Cuando cae la niebla en Sejos ni te ves, me dice.

Le digo que me tengo que marchar y que de recuerdos.

Levanta los ojos
como la niebla
cuando amanece
y me mira:

carne

roja

que sangra.

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