Hay veces que se encuentran paralelismos insospechados entre culturas lejanas.
He visto una mesa increíblemente baja en una casa de Carmona.
No destacaría en una casa tradicional japonesa.
Salvo porque se encuentra entera tiznada.
Como la cocina donde estaba.
Nuestras cocinas bajas o de "lar" no cuentan con chimenea. El humo escapa por donde puede, entre las tejas.
El humo sube.
La mesa baja nos salva de respirarlo.
Ignoro el porqué de las mesas bajas japonesas.
No sé si se trata de un mero paralelismo formal entre mesas japonesas y antiguas cántabras o si las similitudes entre ambas responden a una lógica compartida: el temor a la nube negra
la negra sombra:
Escribe Apa: Yo creo que hemos perdido el contacto con el suelo, lo mismo dentro de casa que en el exterior. Muchas de las labores de la cocina se hacían de rodillas o sentandose directamente en una yeza o en tajos que no sobrepasaban los diez centímetrosde altura. Cocinar, amasar, trenzar maíz, deshojarlo,hacer embutidos, fregar la vasa o pintar abarcas eran algunas de las labores que se hacían a ras de suelo. Y en el monte, al lado de un camino o en una corraliega cualquiera te podías encontrar con alguien recostado o tumbado todo lo que era de largo como la cosa más normal.
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