miércoles, 3 de agosto de 2016

Rosa, azucena, lirio

Se echa una señora que está en silla de ruedas a llorar.

Yo estoy tomando un café en el bar que está detrás de mi casa, tras una cristalera que hace esquina. El bar da a norte. Es solitario.

La mujer está en la calle con una acompañante que trata de consolarla. La abraza por detrás, abarcando el respaldo de la silla de ruedas.

La puerta del bar está cerrada. En la esquina hay una planta de plástico.

En Capitularis de villis et curtis, tratado de botánica redactado en el 795 por encargo de Carlomagno, solo se recogen tres plantas ornamentales: la rosa, la azucena y el lirio.

Leo. Suelo hacerlo en bares como éste.

Levanto la vista y ya no están, ni ella ni su acompañante.

Tomo notas.

Estas notas:

La planta de plástico.

La cristalera.

La esquina.

La mesa es negra con puntos blancos que brillan como cuarzo. Parece que estoy viendo el reflejo de la noche.

La señora que llora en silla de ruedas.

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