Ayer mismo he comprado el libro de Atxaga donde aparece este poema que ahora caigo en la cuenta que es una crítica velada a quienes pretenden conservar la lengua, en este caso el vasco, en formol.
- El erizo -
El erizo despierta al fin en su nido de hojas secas,
y acuden a su memoria todas las palabras de su lengua,
que, contando los verbos, son poco más o menos veintisiete.
Luego piensa: El invierno ha terminado,
Soy un erizo, Dos águilas vuelan sobre mí;
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
¿En qué parte de la montaña os escondéis?
Ahí está el río, Es mi territorio, Tengo hambre.
Y vuelve a pensar: Es mi territorio, Tengo hambre,
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
¿En qué parte de la montaña os escondéis?
Sin embargo, permanece quieto, como una hoja seca más,
porque aún es mediodía, y una antigua ley
le prohibe las águilas, el sol y los cielos azules.
Pero anochece, desaparecen las águilas, y el erizo,
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
Desecha el río y sube por la falda de la montaña,
tan seguro de sus púas como pudo estarlo
un guerrero de su escudo, en Esparta o en Corinto;
Y de pronto atraviesa el límite, la línea
que separa la tierra y la hierba de la nueva carretera,
de un solo paso entra en su tiempo y el mío;
Y como su diccionario universal
no ha sido corregido ni aumentado
en estos últimos siete mil años,
no reconoce las luces de nuestro automóvil,
y ni siquiera se da cuenta de que va a morir.
L'irizu
ResponderEliminarL'irizu espierta al fin nel su nial de hojas secas,
y vienin a la su memoria tolas palabras de la su lengua,
qué, contando los verbos, son al pie de vintisieti.
Dispués piensa: L'hibiernu ha termináu,
Ero un irizu, Dos águilas volan sobri mí;
Rana, Caracol, Araña, Ujanu, Cocu,
¿En qué parti del monti vos iscundéis?
Ahí está el ríu, Es el mi territoriu, Teno jambri.
Y güelvi a pensar: Es el mi territoriu, Teno jambri,
Rana, Caracol, Araña, Ujanu, Cocu,
¿En qué parti del monti vos iscundéis?
Por embargu, permanez quietu, cumu una hoja seca más,
porque entuvía es miudía, y una antigua lei
li prohibi las águilas, el sol y los cielos azulis.
Pero anochez, esapaecin las águilas, y l'irizu,
Rana, Caracol, Araña, Ujanu, Cocu,
Desecha el ríu y subi pola braña del monti,
tan siguru de sus ispuncias cumu pudo estalu
un guerreru del su iscudu, n'Esparta u en Corintu;
Y de golpi atreviesa el lindi, la línia
que separa la tierra y la herba del nuevu caminu rial,
de un solu pasu entra nel su tiempu y el míu;
Y cumu'l su dicionariu universal
no ha síu currigíu ni aumentáu
nestos últimos sieti mil años,
nu reconoz las lucis de muestru automóvil,
y ni siquiera se da cuenta de que va a murir.
BERNARDO ATXAGA, Poemas & híbridos, Plaza y Janés, Barcelona, 1997, pp. 5-6.