Por cierto, muchas bobadas eco feministas y pajas en vinagre, pero el cortísimo (en fin) es una muestra de diglosia y racismo-alienación lingüísticas de libro. En vez de ponerlo como ejemplo de ello, la autora con su hispanocentrismo, o nacionalismo lingüístico español, pasa de ello como de la mierda y se va a su pedrada pequeñoburguesa. La superioridad de lo castellano frente a las formas lingüísticas propias de Cantabria es una losa brutal que está reventando un aspecto importante de la cultura cántabra y de los derechos de los hablantes.
Por cierto, muchas bobadas eco feministas y pajas en vinagre, pero el cortísimo (en fin) es una muestra de diglosia y racismo-alienación lingüísticas de libro. En vez de ponerlo como ejemplo de ello, la autora con su hispanocentrismo, o nacionalismo lingüístico español, pasa de ello como de la mierda y se va a su pedrada pequeñoburguesa. La superioridad de lo castellano frente a las formas lingüísticas propias de Cantabria es una losa brutal que está reventando un aspecto importante de la cultura cántabra y de los derechos de los hablantes.
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