"¡Tiés que ser mejor pa la tu mujer, endinu!... ¡No tiés que engañar a naide! Consuélate con el tu lijamientu [...] [Y] dale que le das zurriagazus a unus y a otrus... [...] Muchos advertían los decires de los zamarrones, que siempre eran teníos a cuenta de aquel u del otru decir...
Los viejus, les tenían a la su manu [los decires de los zamarrones campurrianos], decían que eran recuerdos de otros tiempus, que el hombre por aquellu tenía que defendese de las fieras y se vestía al parigual que ellas pa luchar si a manu venía...
Cuandu el urugallu en tiempu de celu se aposaba en las pingorotas de las cumbres y bailaban al son de los campanus de los pastores... [...]
De ahí paece que viene la historia de los zamarrones, de ahí pué que sea la cosa... porque el horriqueu de los zamarrones es hoy el mesmu que jacían los urugallus al contonease cuandu oían los campanos... ¡Enseñaban los colores, daban al plumaje la majeza de ser jaques y ni el sol con ser tan grandón les arremetía miedu cuandu salían volandu!... Que a veces les veías a ellus solamente. Cuandu güelan por ande hay nieve grajean cumo los gallos peru más juerte y se quedan adormilaus, cumo jacen los zamarrones cuandu se horrican y menean los sus campanones..."
De "Los zamarrones", estampa de Justo Martínez González incluida en la Antología de escritores costumbristas campurrianos editada por Tantín el año 1987 bajo coordinación de Salvador García Castañeda, pero publicada originalmente en Monólogos y estampas de costumbres campurriano-montañesas cuya primera edición es de 1920.
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