Es llamativa la ausencia de mujeres en La Vijanera, aquí. Pregunté por ello a uno de sus impulsores y me respondió que ya hay niñas y que serán ellas quienes lideren el cambio dentro de un proceso natural. Y qué hay de antinatural en que una mujer quiera participar hoy sin necesidad de haberlo hecho de niña, cabría preguntarse. Pero es que a las mujeres de hoy no se les ocurre. Y ése es precisamente el problema: que La Vijanera no facilite que se les ocurra participar. Es parte del debate actual sobre la neutralidad: ante un problema así el no fomentar la participación de las mujeres es, aunque sea indirectamente, impedirla o entorpecerla. Tendrían que tenerlo en cuenta y ponerse a favor.
Tengo una tía cabuérniga que va a cumplir 86 años. Le pregunté sobre el antruíu y me dijo que los hombres se disfrazaban antes de la guerra, después ya no, y que no recordaba de qué, pero que probablemente de mujer. También se disfrazaban las niñas. ¿De qué? Pues supongo que de hombres, me contestó. ¿Y las mujeres no se disfrazaban?, insistí yo. No, de qué, las mujeres no tendrían ni tiempo, cargadas de hijos como estaban, las pobres. Ésta fue su respuesta. La conciencia de que las mujeres no participaban porque eran apartadas es muy clara.
Las cosas no son como son, inamovibles. Cuando el antruíu todavía no había sido recuperado (y ojo que creo que la recuperación es una forma de supervivencia, que no se puede hablar de corte), dicho de otra manera, antes de la reedición actual del antruíu que las mujeres participaran se veía como una "posibilidad impedida". Probablemente por las mismas razones que impidieron la continuidad ininterrumpida del antruíu éste nos ha llegado como una fiesta intrínsecamente masculina. Creemos que era así, de hombres, y así se ha recuperado. Pero ahora no, ahora gracias al testimonio de mi tía, si es que no de antes, sabemos que podía ser distinto, que también podían participar mujeres y que ellas lo sabían, sabían de esa posibilidad, que era una fiesta de todos, pese a lo cual no participaban porque las apartaban, quizá por primera vez, preludio de lo que pasaría después, aquí. Empezaba a ser antinatural que participasen mujeres.
Y digo, aunque fuera cosa de hombres, y más, aunque lo sea todavía hoy, qué importancia tendrá: si está vivo o quiere seguir estándolo se tiene que adaptar. ¿Y cómo adaptarse? No solo permitiendo, dadas las circunstancias, sino también facilitando. Ésta es la clave.
Recientemente con las vacas del puerto baja al valle una figura disfrazada muy jocosa que es una mujer. No se ve en absoluto raro.
En Los Carabeos sale una zamarrona, eso sí, sin bigote pintado, y también se ve perfectamente normal. Me parece que se llama Alicia. Pongo foto recortada porque en la original está posando con Raquel y nosotros queremos seguir permaneciendo fuera del encuadre.
Se van dando pasos.
Si fuéramos una sociedad avanzada y entre otras cosas tuviéramos un canal autonómico de verdad, no habría que perder tiempo y se tendría que tratar de grabar la recepción de estas dos figuras femeninas (el personaje que acompaña a las vacas en la campanaa cabuérniga y la zamarrona de Los Carabeos) entre sus vecinos.
ResponderEliminarLa primera (o de las primeras en todo caso) referencias expresas escritas en Cantabria de la celebración del "Antruíu" se produce en un documento de Santa María de Piasca en 1229. Existen referencias a este tipo de fiestas en documentos anteriores como en San Isidoro pero no son expresas.
ResponderEliminarCita textual de Vicente Renero "... de este rasgo diaiectal: Aduciré, para demostrarlo, uno del año 1229, en el que se hace cierta donación a los clérigos de Santa María de Piasca, y el donante, Martín Cobo, dice: cada annu fagan oficiu plenu por mi alma. del entroydo ata la pascua. y el día que lu fici eren hayan. J. marauedi en pescadu e. VI
quarteros de pan. tres de trigo e tres de centeno poralos pobres e tres poza/es de buen uinu ... Si algún omne esti pleilu quisier;crebantar. sea maledictu. ye decomungado. ye con iudas traidor en infiernu damnadu".
Aparece "Antruíu" en la forma sin evolucionar de "entroydo". La evolución dialectal es clara: la -e inicial en -a como en ancina, anciva o armitañu. El cierre de la -o en -u por la presencia de la -i, pérdida de la -d intervocalica y nuevo cierre de -o en -u.
Etimológicamente deriva del latín "introitus" (entrada). Entrada a la primavera, el periodo previo, la cuaresma: el texto dice "del entroydo ata la pascua".
Que conste que La Vijanera no es lo mismo que el Antruíu, quería dejarlo claro para no caer en errores.
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