"Poco a poco, según se iba haciendo menos espesa la cortina [de agua], aparecían las primeras cañadas con sus huertos colgados sobre el río, sus senderos inciertos y el humo avisando la presencia de caseríos solitarios.
- En uno parecido nació el padre de mi padre, pero al otro lado - murmuró Martín señalando más allá del monte -. Ahora todo eso no vale nada, pero, cuando lo vendió, se lo quitaron de las manos. Hay que echarle valor a la vida para dejarlo todo y marcharse a buscarse un trabajo en la villa.
- ¿Por qué no en la capital?
- Allí hay industria, ganas de salir adelante. En la capital, en cambio, ya se sabe: dormir y gastar."
De Los jinetes del alba (Seix Barral, 1984) de Jesús Fernández Santos, p. 36.
El libro se emplaza en León, pero este párrafo vale para Torrelavega (la villa) / Santander (la capital).
En aquellos tiempos en los que Torrelavega tenía industria.
ResponderEliminarPrecisamente lo leí el año pasado, junto con Los Bravos. Qué manera de construir frases tenía Santos. Hasta los ríos que creaban los espacios entre las letras eran dignos de contemplar.
A mí se me hace un poco alambicado. Te recomiendo "El hombre de los santos". Tengo pendiente en casa "Extramuros", que ganó un montón de premios. Pero si te gusta este autor es muy probable que te guste también Santiago Lorén, hoy totalmente olvidado. Del estilo pero para mi gusto mejor escritor todavía.
ResponderEliminar"El pantano" y "Una casa con goteras" son buenísimos.
ResponderEliminarNo tenía ni idea de Lorén y me parece interesantísimo. Sin duda lo buscaré.
ResponderEliminarMuchas gracias por la recomendación.