jueves, 26 de noviembre de 2020

Invernadero de hierba autóctona


No se ve en la foto, pero en el cartel se explica que se están probando distintos tipos de césped para los Jardines de Pereda. Y esto me trae a la memoria aquel proyecto tan interesante que se trató de poner en marcha desde la Consejería de Medio Ambiente que consistía en cultivar hierba autóctona con la vista puesta en los movimientos de tierra de las obras, para evitar que se echara semilla de hierba fosforita importada, pero que tenía otras aplicaciones, como ésta.

El proyecto fracasó. Pero no todo está perdido. Sigue en marcha el invernadero de plantas dunares de Loredo del Ministerio de Medio Ambiente, proyecto hermano del primero.

Superponer una capa natural alóctona fuerza una estética que despersonaliza el territorio y a nosotros con él, además de multiplicar los gastos (si es que el objetivo último no es éste). Pero la contra no es hacer lo que en San Martín de Bajamar, donde se quitó la bolera y se replicó la topografía del terreno con hormigón tratando de recuperar, vanamente, la esencia del lugar (cuando lo que finalmente se logró es reducirlo a unas meras coordenadas espaciales), ésa no es la reacción deseada, sino facilitar que la naturaleza siga su curso, lo cual pasa por sentirnos nosotros cómodos dentro, aquí.

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