Fue en el transcurso de una conversación con mi madre y una tía mía cuando supimos que el agua de lluvia se recogía de las 
goteraas en baldes para lavar la ropa y el pelo porque utilizando este agua la primera quedaba más blanca y el segundo más fino, 
aquí.
Las fotos están tomadas hace unos días en Sopeña y Barcenillas.
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