Pasamos al pie de un balcón (a esta altura del valle todavía no es
correor, es a partir de Fresneda, incluido) y nos fijamos en el orden de la ropa tendida por colores y tamaños, en la limpieza toda y en las plantas bien atendidas.
Fíjate, dice mi madre, esto es el lujo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario