Estoy leyendo en mi esquina. Me han cambiado la mesa, ahora es redonda. Es porque están de obras, van a poner un ascensor en el portal y les quitan un pedazo de bar. Pero dejo de leer para tomar nota de lo que está diciendo un señor a la persona que lo acompaña en una mesa en la que hasta ahora no había reparado o es que quizá también sea nueva, como la mía:
"Estamos sobre una piedra que está metida abajo".
A renglón seguido:
"El agua acaba con todo, moja todo lo que hay".
Se levantan y se marchan despacio. Yo retomo la lectura donde siempre, en el punto que lo había dejado, aunque me hayan cambiado la mesa y ahora sea redonda.
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