El otro día un amigo me puso sobre la pista de una ilustración de un montañés con montera. La encontró en un periódico santanderino de mediados del siglo XIX que está a la venta por 1.500 euros. Lo vale. El caso es que este periódico se encuentra en la Biblioteca Municipal de Santander, nuestro particular sancta sanctorum. Pero cuando voy a buscar la ilustración, no está. La han debido robar. Lo que sí encuentro es lo que pongo a continuación.
El medio como tal no ejerce presión. Lo que ejerce presión son los valores que subyacen en el medio y que se activan, como bombas lapa, cuando son leídos. Valores en absoluto neutros. Valores con una procedencia concreta, con un destinatario concreto y con una intención clara. Este poema que transcribo a continuación demuestra que llevamos como poco siglo y medio bajo presión directa. Y aun así, aquí seguimos. No es poco.
BANDO SOBRE LOCUCIÓN
Como siempre es tan notable / en cualquiera sociedad / el hablar con propiedad, / toda falta es reparable. / Así, cuando alguno hable, / use términes corrientes; / porque serán indecentes / los que se pongan a hablar / no tratando de observar / los capítulos siguientes.
El que diga pretimeta, / y profiera sin recato / naide, estógamo y treato, / ha de dar una peseta. / Toda persona discreta / debe pagar doble multa, / si dice zuidá, premuta, / pedricador, compuniendo, / trempano, nenguno, juendo, / carambelos y reculta.
El que diga porcision, / dempues, Neculás y ansina, / ha de pagar la propina / al instante de un doblón. / Y si dijeren juncion, / ispetor y gomitar, / sin réplica ha de pagar / incontinenti cien reales, / que así se enseña a esos tales, / y van aprendiendo a hablar.
Estos acontecimientos / han llegado a tanto apuro, / que se le multa a un duro / al que diga decumentos. / Y así, dense por contentos / en solo pagar un real / cuando digan hespital / u otro nombre chavacano, / como intierro, cerujano, / comendante y prencipal.
Quien dijere trenidad, / maniantial y parlamiento, / pagará el tanto por ciento / conforme a su facultad. / Por decir causalidad / cirimonias, itiquetas, / se apronten cuatro pesetas / para gastos de escritorio; / y el que diga miritorio / sufrirá iguales baquetas.
Quien diga precuraor, / San Damáso, Trebunales, / y audencia, dé cinco reales; / siete si dice dotor; / veinte y cuatro, si retor; / y el que diga sacreficio / arrecogidas y hespicio, / doce reales de vellón; / y al decir sastifación / treinta y dos para el servicio.
Menistro, amenistraor, / probes, párraco y tiniente, / el que lo diga presente / dos reales al cobrador. / Y al que diga redator / de la Gaceta o Diario, / de leer el diccionario / la pena debe sufrir, / y después contribuir / con diez reales al Erario.
Tres reales dará en fianza / el que dijere pacencia, / cercustancia, comenencia, / manflorita y comparanza. / Esto no es broma ni chanza, / que está claro y terminante. / Nadie diga platicante, / ni melitar, ni sordado, / pues la multa de un ducado / satisfará en el instante.
A todos sirva de aviso / que al que dijere ofecina, / ecsigirle (sic.) la propina / de seis reales es preciso. / Si alguno pide premiso, / no tan solo se le niegue, / sino que en el acto entregue, / sin más dilación ni escusa, / dos reales para la inclusa: / quien sea tonto no juegue.
Item mas: últimamente / previene otro arancel, / que los que digan Grabiel / también paguen la patente, / seis cuartos para aguardiente, / y cuatro meses de escuela. / Y a los que digan prazuela, / después de abonar dos duros, / se les destierre estramuros / por dos años a la tela (sic.)
Deben quedar escluidos / de estas penas los pastores, / capataces, labradores / y otros hombres no instruidos, / perdonando estos descuidos / a los que del campo vienen. / Pero gentes que se tienen / por ilustradas y cultas, / deben aprontar las multas / que en mi bando se previenen.
Es copia de su original, doy fé. = El Secretario Espátula.
En El Buzón de la Botica, nº 12, Imprenta de Pedro Martínez, Santander, 1844, pp. 47 y 48.
Mui interesantísimu. Anque mi dá q'está too aturulláu con vulgarismus y palabras sellencas. Peru cosas bien guapas.
ResponderEliminarPaulu
ResponderEliminarYo teno una puisía que es casi igual a esta. La alcontré ena revista "La Montaña" y es d'un autor tresmeranu que debió inspirase nesta pa jacer la suya por que es muy parecía col tema las prohibicionis, y que la genti "parla mal". Nu m'alcuerdo del nombri abora mesmu, a ver si soi pa escanealu pa que lu veáis.
Sí es ciertu que hay dellos vulgarismos (hayan síu éstos apañáos del castellanu o del montañés) mejíos con montañesismos atales.
ResponderEliminarSería genial que si alguien tien material apaicíu a ésti, que lu dé a cunocer.