"Se trata del único árbol que está trasmochado a dos metros de altura y del más grande de la zona. El roble de La Salve, como se conoce, tiene 4,53 metros de perímetro, uno de los quejigos más grandes de Álava. [...] Recibe su nombre de los peregrinos de San Fausto [en Bujanda, donde yace el cuerpo supuestamente incorrupto del santo desde hace 1400 años]. Los vecinos de Genevilla, Labraza y Barriobusto utilizan esta ruta en sus rogativas y al llegar al vetusto árbol entonan una salve por el santo. Es uno de los contados casos de árbol sagrado que encontramos en nuestro territorio."
Jonathan Rubines y Marta Villota, en De rutas para descubrir árboles monumentales (Sua, 2018), p. 17.
En relación etimológica con el puente de La Salve de Bilbao, que se llama así porque es a su altura cuando los marineros que subían por la ría veían a la Virgen de Begoña, rezando entonces una salve.
Y probablemente también en relación con la playa La Salvé de Laredo, aquí.
Además de con los montes cántabros sagrados, aquí, y en particular con Peña Lumbrera (Alto Nansa), aquí.
Volviendo al árbol alavés, en el Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, en la Ribeira Sacra de Galicia, hay dos castaños horados utilizados para curar las hernias de los niños, de modo similar a como se hacía en Cantabria (queda testimonio entre pasiegos), y otro castaño enorme lleno de ofrendas. Yo mismo lo he visto y es impresionante.
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