Los árboles a orillas del río

Un anciano cabuérnigo nos decía que los árboles de ribera no se deben quitar, como se está haciendo, pero que tampoco se deben dejar sin más, que los árboles a orillas del río se deben podar para evitar que el viento los cimbree y remueva la tierra de las raíces o incluso que llegue a arrancarlos, taponando el cauce. 

Este punto de vista en el que el ser humano acaba de dar pleno sentido a todo, pero de una forma armoniosa, sin poner en riesgo ninguno de los elementos gestionados (sea árbol, animal, como por ejemplo el lobo, o cualquier otro), es muy interesante.

Me parece que este principio también está detrás, de alguna manera, de la diferencia entre escaju y árguma, aquí.

Más sobre bosques de ribera aquí, aquí y aquí.