viernes, 31 de octubre de 2014

Informativos de TVE, Perojo y Marcano, Sol Lewitt y los reactivos del arte, el rosetón sumido en la torre de la catedral de Santander y sillares perdidos

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Estos días está cambiado el equipo directivo de TVE. Ayer leí que al frente de los informativos han puesto al que era un alto cargo del periódico La Razón. Ayer también, mientras desayunaba, hablaban en el telediario de "corrupción política en los municipios y regiones" no de "corrupción política". Solo un matiz. Pero importante. Cambiar para que todo siga igual, que se dice.

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Dicen que uno de los implicados en el último macrocaso de corrupción política se enriqueció colocando locales de alquiler al Gobierno. ¿Hace falta recordar aquí cómo le colocaron a Marcano el local de Perojo? Mejor, cómo Marcano nos lo colocó a los ciudadanos. Es el mismo caso. Pero aquí nuestro fiscal dice que no hay corrupción, ni siquiera municipal o regional. Se van exculpando unos a otros de manera soez. Al final, nadie. Si les dejamos.

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"Si el artista lleva a cabo su idea y la convierte en una forma visible, entonces todos los pasos del proceso son importantes. La idea en sí misma, aunque no se ha vuelto visual, es una obra de arte exactamente como cualquier producto terminado. Todos los pasos intermedios - garabatos, bocetos, dibujos, obras inacabadas, modelos, estudios, pensamientos, conversaciones - son intereresantes. Las cosas que ilustran el proceso mental del artista son a veces más interesantes que el resultado final".

Sol Lewitt, año 1967. Tomado del catálogo de la expo de Lafuente en la UC. Lo leí ayer.

La expo y esta frase en particular merecen una reflexión al margen de las trifulcas que haya podido generar el proyecto (Archivo Lafuente AND (Banco de España AND (MUPAC AND UNESCO))). Trifulcas producidas pese a la calidad de los materiales atrapados en medio que habla muy mal de los gestores implicados, de todos.

Esta idea de Sol Lewitt es uno de los reactivos del arte actual. Otro podría ser el encaje aún no resuelto entre tradición y modernidad, de especial interés para mí.

La diferencia entre un artista, estudioso o "enterado" interesante y otro que para nada es que el farsante cree que su tema obnubila al resto, llegando incluso al desprecio de lo ajeno, mientras que el artista, estudioso o "enterado" interesante (con el que me tomaría un café a gusto, vamos) está centrado en su tema pero nada le impide reconocer el valor o interés de lo otro. Es la diferencia que hay entre, por ejemplo, hablar con Alberto Santamaría, que aunque no esté en absoluto interesado por el montañés y su posible "codificación" actual no le resta valor, y hablar con algún que otro tonto que anda por ahí suelto que enseguida se ríe de tí y te llama paleto.

Pero otro día.

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Me dicen que el boceto de rosetón de la portada de la Catedral de Santander que fotografié y puse aquí probablemente corresponda al rosetón que había en la fachada oeste y que tapó la torre.

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Me dicen también que la escalera monumental contigua a la Puerta de los Mártires, obra de Gregorio de la Roza del s. XVII, ha desaparecido. Se desmontó y sus sillares fueron numerados, pero no se sabe dónde están.

Recuerdo que los sillares de la antigua fachada del pabellón principal de la Casa de Salud Valdecilla están enterrados en una finca del Gobierno de Cantabria. Quizá los de la catedral también lo estén. Ya es difícil que nada nos sorprenda.

martes, 28 de octubre de 2014

Mensaje urgente para Ferran Adrià

Lo que va a hacer Ferran Adrià con Elbullifoundation (a través de) era de esperar: si sus platos no eran realmente comida, sino ideas revestidas de comida (ideas que entraban al cerebro a través de la boca y detonaban dentro provocando una reacción en cadena de experiencias mentales), lógico es que decida poner fin a la dictadura del plato y a la de los comensales pudientes y explore nuevas formas de inocularnos ideas, a cuantos más, mejor.

Los platos eran vehículos de las ideas. Ahora las ideas han cambiado de medio de transporte. Nada más. Ni menos.

Las exposiciones son buenos transmisores de ideas. Que elBullifoundation empiece por aquí, por las exposiciones, me parece muy acertado. Es una opción muy democrática, además. En sus exposiciones, nuevo frente del cocinero, vamos a poder llegar al mismo lugar "experiencial" o "ideacional" (cualquiera de los dos ripios es válido) al que recalaban (por aquello de que el restaurante estaba en una cala) sus adinerados comensales, y nosotros gratis. Es de agradecer.

El miedo que me da es que Ferran Adrià no esté bien asesorado. Lo digo porque la Bullipedia, una de las joyas de la corona de su nueva etapa, es un "polibuscador" o "descubridor" con un tesauro centrado en cocina trabajando por detrás. Nada más. Ni menos (creo que ésto ya lo he dicho antes). Sus técnicos o asesores no han inventado la pólvora. Lo que han hecho es atraer una herramienta documental bien conocida, por ejemplo, en el ámbito biomédico (ejemplo concreto: la herramienta PRIMO o ya como producto acabado Clinical Key de Elsevier), al mundo de la cocina. Ponerla en marcha requiere mucho trabajo, es una herramienta muy compleja, pero no por eso, no por la mucha carga de trabajo que suponga a su equipo, vamos a admitir que se trata de una novedad absoluta, porque no es así. Yo quiero creer que vendérnosla como un descubrimiento forma parte, precisamente, de la venta del producto. De no ser así, es decir, si realmente creen que se trata de un hallazgo, tienen un problema.

Me preocupa y mucho que esté Telefónica "ayudándole". Me preocupa que Fraile y Blanco, empresa santanderina salida del pasaje del terror, esté fuertemente vinculada a Telefónica (alguien debería investigar el porqué). Me preocupa que los de Fraile y Blanco hayan extendido sus tentáculos a ElBullifoundation. Si es así, si esta empresa está detrás de la Bullipedia, acabáramos.

Ferran, si lees ésto, que no creo (pero bueno, hay que intentarlo), cuidado. Primero, enhorabuena por el giro democrático que has dado a tus iniciativas; segundo, enhorabuena también por las herramientas que has decidido poner en producción para levantar puentes entre lo que tienes tú a tu lado del cráneo y lo que tenemos nosotros al nuestro; y tercero, cuidado con descubrir la pólvora. Echa un ojo a los polibuscadores que ya están trabajando en los entornos más avanzados (en especial el biomédico). Que no te den gato por liebre. La pólvora ya está descubierta. Céntrate en lo que puedes hacer con ella.

lunes, 27 de octubre de 2014

Hallazgos en las paredes de Cuetu, randas, detonantes creativos, y derviches y bocetos medievales en la catedral de Santander

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La pieza redonda con una muesca parece un peso. La metálica doblada tiene una agarradera en un extremo y el otro termina en forma de anzuelo. ¿Será para mesar o iguar la hierba?

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Las avellanas y nueces siempre se repartieron entre nosotros una a una: una para tí, otra para mí, nunca contando y dividiendo el total por el número de personas a repartir.

Intenté dividir el cielo en dos. Pero no fui capaz. Hay más a un lado que a otro.

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Sí, es una mano lo que asoma.

El proceso creativo, detona.

Pronto los resultados aquí.

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Y aquí, dándole vueltas, torbellino.

En la Puerta del Perdón de la Catedral de Santander. Esta puerta fue descubierta hace no más de una década. Estaba tapiada. La mujer lleva un tocado fantástico. Parece un derviche. Está con una postura rara para caber. En la iglesia de Santa María del Puerto de Santoña hay unos cazadores montados a caballo que van agachados para no salirse del capitel. Es como si el escultor les dijera "agachaos un poco, que no cabéis", tal que una foto: "los del lado de allá, juntaos un poco más, que no salís". También puede que la postura de esta mujer, mirando al cielo, comiendo lo que parecen uvas, en la Puerta del Perdón, nos esté transmitiendo algo en un código que desconozco.

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Los maestros de obra medievales parece que solían tallar bocetos en piedra. Probablemente también en madera, pero de éstos no se conserva ninguno. Sí en piedra, por ejemplo en el monasterio de Fitero (Navarra). En la Catedral de Santander también se podría conservar uno de estos bocetos, concretamente en la portada, a la que se accede desde el claustro. Pongo foto:


Se trataría del boceto de un rosetón que o bien se ha perdido o bien nunca se construyó.



El boceto aparece junto a las que pasan por ser las primeras representaciones en España de la unión entre Castilla y León. Por entonces no se sabía muy bien si el león a los pies del castillo, si los leones flanqueándolo o si qué.

La verdad es que en nuestra Catedral das una patada y encuentras una historia que contar. Es una lástima que ahora cobren un euro por entrar. Es una desconocida para los santanderinos y si ahora hay que pagar, lo será aún más.

domingo, 26 de octubre de 2014

Cunciertu de Stanich, libriría Padilla, D. Dineru, cantu cancaneáu y muertos curriendo´l soletu

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Anochi quiríamos espidimos del siglu vinti nel cunciertu-l cantautor sanandirinu Stanich, pero se mos magostó la batiría-l cochi.



Llamamos al siguru y vino una druga a por nós. Nu jezo falta que mos llevara a dengún láu. Bastó con que mos cargara la batiría. "30 minutos de rodaji", mos dijo, "mejor si por autuvía", y asina jacimos: mos juimos jasta Culindres, a cumer un bocata de panceta nel Jauja.

Stanich, otru día mos apresentas a Manolo Caracol.

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Esta mañana juimos a mercar el peliódricu al quioscu las estaciones. "Es ésta la antigua libriría Padilla, ¿nordá?", prigunto. "Sí", arrespuendi el propietariu con evidenti urguyu pola dosis de reconocencia emprevista. "Val, pos vo a echar un vistazu a los libros, si no li paez mal". "¡Claru, hom!", diz. Dengunu val muchu, pero apaño unu, Quiero morir por algo, mimorias del gudari Joseba Elosegui, del 77, aunqui reconozo que no muy convincíu, sólu por jacer daqui gastu. "Tres euros", diz secu. Póngoselos nel mostraor. "Otru día vinimos con despaciu", dicimos. "Y con dineru", pensará, pero allá él.

Dispués de cumer, mientras Raquel véi Saber y ganar, leo: "Los italianos tenían en Villarcayo un aeródromo controlado exclusivamente por ellos, con treinta y dos aviones Fiat, en cuyo campo no tenían entrada los españoles. Los aviones de bombardeo eran alemanes, cuya base estaba situada en Burgos, disponiendo también estos mismos de cazas en la base de Aguilar de Campoo" (pp. 199 y 200).

Esta enformación acabildra cono dicho al roti-los bombardeos nazis de Sanander aquí.

Al final el libru tien megoyu. Padilla, qué güena libriría de ber güenos leutoris.

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Hui publica un editorial muy valienti el peliódricu El Mundo ena su edición cántabra, tituláu "El chasco del Banco de España", que sina sú direutor, Félix Villalba, al roti-l Bancu España, l´Archivu Lafuente y la oportunidá pirdía pal centru dedicáu al arti paliulíticu de la UNESCO. Parla de "cortoplacismo, precipitación". Diz más: "Yo no hubiera tenido prisa y habría meditado más las cosas, pero no las veo desde la óptica de quien se presenta a las elecciones y tal vez esa sea la clave. Hay un edificio vacío, se busca un buen envoltorio con la asociación con Reina Sofía (lo de la sede o subsede es una milonga) y se saca algo para antes de los comicios." Y sigui: "Ya saben, ahora están pendientes de la imagen, a estas alturas de la legislatura tienen prisa". Félix Villalba créi que traer l´archivu al bancu arrespuendi a un interés pulíticu atal y que por culpa d´esti interés pulíticu vamos a perder el muséu de la UNESCO. Archivu sí, pero cumu correspuendi, no cumu interesa a unos pocos (pulíticos, empresarios).

Esta visual se abregona (se esaparta) y muchu de la d´El Diario Montañés con G. Balbona a la cabeza. A güen siguru qu´El Mundo está a buscu de un target de leutoris de prensa que nu sean ya pa leer más El Diario Montañés, que roza el patitismu (amás del catitismu más cirril). Pero no por eso vamos a quitalis méritu.

L´arrancaera: las fotos del bancu que publica El Diario Montañés son antiguas. Enas fotos del bancu qu´está publicando esti peliódricu los últimos días nu apaez lu que se puéi veer ena fotu que he jecho esta misma mañana y que pongo derréu:


El Diario Montañés pon fotos antiguas del bancu pa evitar esi letreru cona palabra dineru acompangáa de una corona. Veremos cuántu dura àhi puesta. El Diario Montañés, ¿manipula? Ciertu es que nu retoca las fotos que publica, pero poner una fotu antigua en tal de una autual pa evitar que salga la palabra dineru coronáa, se me jaz penosu.

Leer (y veer) El Diario Montañés es güenu pa saber qué se puei dicir y qué no. Qué, pa quin quiera obedecer. Qué, pa los ciudadanos duendos, si es que un ciudadanu puéi ser duendu, y no sólu las vacas o los güeis.

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Cantu cancaneáu.

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Restos de lápida en las escaleras de subida a la catedral de Santander. Raquel la ha buscado, a la señora de la lápida. Es una de las primeras accionistas del Banco Santander.

Me viene a la cabeza uno de los mayores propietarios de Cabuérniga que se hizo enterrar nada más entrar en el cementerio de Terán, pegado al camino. "Para que puedan pisarme de muerto los que no pudieron hacerlo de vivo", dijo.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Una separata del Dr. Lafora

Estoy en Madrid. Salgo de una reunión en el ministerio. Ha terminado antes de lo previsto. Tengo dos horas libres. Voy raudo a La Central del Reina. Es martes: cerrada. Cojo un metro y voy a Sol. Entro en una librería anticuaria que hay detrás de El Corte Inglés. Esta librería no tiene todo su fondo volcado en internet, lo que sirve de aliciente para no perdonar una visita, siempre que puedo.


Pido el mazo de fichas de medicina. Entra a los pocos minutos una familia argentina que lo pregunta todo: cuál es el libro más antiguo ("tenemos un catálogo con cincuenta incunables, si quieren se lo pueden llevar", como una invitación a marcharse), cuál el más raro ("todos lo son", como una invitación a marcharse), si tiene algún beato ("no que no sea facsímil", como una invitación a que se marchen de una vez). Me molestan pero callo y sigo a lo mío. Voy apartando las fichas que me llaman la atención: una separata del primer número de Anales de Neurobiología dedicada al alzheimer, un librito de un higienista santanderino olvidado, el discurso de ingreso en la academia del Dr. Pittaluga, etc. La chica que atiende es joven y tiene aguante. Yo a los argentinos ya los habría echado. De hecho, estoy deseando que la chica lo haga. Pero no hace falta porque pronto se cansan, pliegan su Trivial Pursuit viviente y se marchan por su propio pie, sin que haga falta que les echen, a otra parte. Entonces aparece una señora de la trastienda.

- Buenas tardes.
- Buenas.

Tarde para vigilar, pienso. Aunque a lo mejor resulta que el que despierta sospechas soy yo, y no los argentinos. Pronto me doy cuenta que no, que lo que está es un poco desnortada, que entra y sale ora para coger un libro,

- Buenas tardes.
- Buenas.

ora para devolverlo a una estantería que no es,

- Buenas tardes.
- Buenas.

Me gustaría llevármelo todo, pero no tengo dinero, ni mi institución ni yo. El mundo real es así. El de los cromos, no sé. Me decido por una separata de Lafora de la revista Archivos de Neurolobiología, años veinte, una joya. Devuelvo el mazo, saco la cartera y la señora coge la separata para meterla en un sobre. Oigo entonces un leve crujido. Date, seguro que la ha trabado con el sobre y la cubierta se ha ajado. La señora se apresura a cerrarlo. No, no hace falta que lo cierre, digo con mal tono. La chica parece no haberse dado cuenta. La señora me mira. Está desolada. No es que vaya a perder el empleo, probablemente sea la madre de la chica, incluso la propietaria, no se trata del miedo a quedarse en el paro, pues, de lo que se trata es de que la hija, si llega a enterarse, le va a pedir que se aparte, que se quede en casa, es que por favor, mamá. De lo que se trata es de que la hija va a perder la confianza en ella.

Pago, cojo el sobre, doy las gracias y me voy.

- Buenas tardes.
- Buenas.

No he tenido fuerzas para sacar la separata del sobre hasta un día después, es decir, hasta hoy. Lo acabo de hacer ahora, de hecho. Efectivamente, la cubierta está ajada. Así pues, tengo una separata muy valiosa que estaba nueva y que ahora está rota.

Pero la señora tiene mucho más. Me alegro de haberme callado y así haber contribuido a que lo conserve.

jueves, 16 de octubre de 2014

Fotógrafos de lo cotidiano, portilla de zarzu burgalesa, cruces románicas, señales de vida en Castilla y brotes que crecen como ondas expansivas

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El fotógrafo Stephen Shore, aquí. Me recuerda a Paul Graham, aquí, con expo en la Botín hace unos años.

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Portilla de zarzu en Frías.

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En la columna del capitel románico con la centaura dando de mamar a un niño que he puesto entradas más atrás, en el castillo de Frías, están grabadas estas tres cruces:


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De vez en cuando en los pueblos castellanos se encuentran señales ténues de vida:


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Brotes del árbol de Gernika con certificado a la venta en una tienda cool de Bilbao. Me parece una idea estupenda. ¿Quién no elegiría un brote de castaño de la Castañera de Terán frente a un castaño de invernadero anónimo, quién no un brote de un roble de Monte Áa frente a otro cualquiera? Los árboles monumentales de Cantabria, antiguos árboles concejiles, árboles asociados a iglesias, como los de las iglesias de Lebeña o Esles, tienen un potencial comercial enorme.

Hay un poema de John Berger precioso, con reminiscencias bíblicas, que viene a decir que cuando el monte desaparezca devorado por los vientos, la flor que nace a sus pies permanecerá.

miércoles, 15 de octubre de 2014

BCC, campo, joraca arabesca, toba y calvario

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Paso por la Biblioteca Central a menudo. Desde hace meses tienen las fotocopiadoras inhabilitadas por falta de tóner. No les funcionan las máquinas de autopréstamo. Muchos de los ordenadores de consulta del catálogo están apagados.

Ya no digo nada sobre el abandono que padecen municipios como Cabuérniga, Los Tojos, Puentenansa, Tudanca... abandono que bien pudiera ser constitutivo de delito por parte de quien es responsable y hace dejación de funciones. Dar servicio a todos, sin que ser pasiego o cabuérnigo suponga una falta o motivo de exclusión, también es competencia de la Biblioteca Central.

Recuerdo que cuando se puso en marcha la biblioteca, mejor me ahorro contar cómo, muchos de los que se sentían fuertes porque habían entrado mal pero bien porque los que mandaban decían que así es como había que entrar atacaron a los que también habían entrado mal pero que nadie se dignó defender. Lo de siempre: los fuertes agrediendo a los débiles. ¿Por qué? Porque pueden. Tan es así, que los fuertes publicaron o vieron con buenos ojos que se publicara un listado de los débiles. Una lista negra como en los viejos tiempos. Muy español todo: los enchufados de ambos bandos lanzándose a la cara que si a mí me han enchufado siguiendo las normas y a tí no, que si a mí me ha enchufado alguien que manda más que el que te ha enchufado a tí, que si yo es que sueño en inglés, que si yo es que me licencié en historia pero hice un cursillo de catalogación en una academia, que si no te preocupes que aquí nadie tiene los estudios correspondientes, ni siquiera las directoras, que si qué directoras y olé. Un sindios. Al final las cosas no se arreglaron por arriba, sino por abajo, como siempre. No se pidió responsabilidades a los responsables (el consejero, el responsable de bibliotecas, las responsables de la biblioteca), sino que se echó a los compañeros débiles, es decir, aquéllos que habían entrado mal, como todos, pero a los que nadie defendía. Los fuertes ganaron y lograron que echaran a muchos de los de la lista negra, entre ellos a un chico del que voy a contar una anécdota personal: Raquel tenía un libro de la biblioteca en casa desde hace más de una década, de cuando siendo una chavala pasó una temporada larga en Santander. Como los miedos son libres, no se atrevía a devolverlo por temor a qué le pasaría. Pero era imprescindible devolverlo primero porque sí y segundo porque ella, ahora que vive en Santander, necesita hacer uso pleno de la biblioteca. ¿Qué hacer? Un día nos armamos de valor y fuimos a la Biblioteca Central. Nos atendió el chico que digo, uno de los que echaron al paro. Le contamos lo apurados que estábamos. Le quitó a Raquel la multa (eran tantos los días de castigo acumulados que era absurdo aplicarlo) y nos impuso como penitencia donar el mejor libro que conociéramos. Puede que lo que hizo no fuera "profesional" (no confundir "profesional" con "profesionalismo", refugio éste de mediocres) pero la decisión que tomó fue, además de arriesgada (para él), la mejor de entre todas las posibles. El libro que le llevamos como penitencia tiene a día de hoy muchos préstamos a sus espaldas. Está ya ajado de tanta lectura. Es Puerca tierra, de John Berger.

El chico sigue hoy en el paro.

Siempre he creído que las identidades es imposible que no se construyan contra algo. Los que entraron mal pero bien en la Biblioteca Central necesitaban hacerse, construirse frente a los que entraron definitivamente mal, y atacaron. A los que entraron mal y no defendía nadie les tocó el papel de enemigos. Acabaron todos o casi en el paro. Seguro que los buenos profesionales, los que elaboraron o apoyaron que alguien elaborara la lista negra de malos, seguro que duermen tranquilos, satisfechos, y que cuando recuerdan lo que hicieron tomando el café de las doce siguen dándose la razón los unos a los otros: "es lo que había que hacer", "que aprendan", "mejor ellos que nosotros"... seguro que nadie habla de intrusismo, no vaya a ser qué.

Y ahora que en la Biblioteca Central no funcionan ni las fotocopiadoras, ¿dónde están los valientes, los profesionales? No les tembló la mano a la hora de publicar o apoyar la publicación de una lista negra, no dudaron en hacer todo lo posible para echar a sus compañeros a la calle, a los débiles, pero sin tocar a los de arriba, por lo que pudiera pasar, pero ahora que no hay ni para el tóner, qué. Tanto profesional como hay metido, ¿dónde está? ¿Dónde ahora que no hay nadie por debajo, nadie que ellos crean inferior, nadie al que echar la culpa?

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Campo.

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Joraca en Frías, Burgos. Es para las gallinas, no para los gatos. No sé cómo se llama en castellano. El cántabru joraca presenta una distinción de género muy bonita: el femenino confiere un sentido positivo a todo: botellu vs. botella, mesu vs. mesa, ventanu vs, ventana, etc. En este caso, la joraca es un agujero que es algo más que un agujero, de ahí su sesgo positivo y el femenino correspondiente. Esta joraca burgalesa es preciosa.

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La toba es rugosa.


Se trata éste de un material de origen volcánico muy apreciado en arquitectura tradicional porque pesa poco y permite que las construcciones ganen altura. Tengo entendido que es de uso frecuente en Campoo. La foto está tomada en un valle burgalés llamado de Tobalina.

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Calvario. Frías.

lunes, 13 de octubre de 2014

Siemprevivas, la universidad de Perpignan y el montañés, centaura románica, la apisonadora y el cielo abajo

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Vuelven a florecer las siemprevivas. No sé si es que lo hacen varias veces al año o es que ya ha pasado un año, otra vez.

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Le dialecto montañés en Cantabrie: un discours en creux, de Karine Ballaneda, de la Universidad de Perpignan, aquí.

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Capitel románico. Castillo de Frías. A primeras me pareció una virgen lactante. Pero se trataba de un centauro femenino dando de mamar a un niño. La representación femenina en el arte religioso medieval se conoce bien, pero no así en el civil. Costó verlo bien y aún más sacar la foto porque está asomada al vacío.

Para quien se sorprenda por la inusitada calidad de la foto, aclarar que no la he sacado yo, sino un amigo con una cámara de verdad y un palo.

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El otro día publicó un tribuna libre Javier Díaz López, de la UC, instando a las autoridades locales a que tomaran una decisión respecto al Archivo Lafuente. Si le van a dar un espacio en la ciudad, presumiblemente el antiguo Banco de España, que lo hagan ya, que hay prisa. Hay prisa primero por las elecciones (interés político), con el que él juega, y luego por interés empresarial (el del coleccionista), que es al que a él más interesa. Los tiempos ciudadanos ni asoman.

Javier Díaz López os recuerdo publicó un tocho en la editorial de Lafuente. Pongo enlace aquí. Después de cometer semejante tropelía (leedlo si podéis) recibió el encargo de elaborar el diagnóstico cultural de Santander. El encargo partió de una fundación. La intención era buena. Pero el resultado fue pésimo. El autor se dedicó a encadenar tontería tras tontería hasta llegar a donde él quería: el Archivo Lafuente. Todo lo demás se lo pasó por el arco del triunfo: la red de bibliotecas municipales de Santander, el centro de estudios montañeses, la UC... todo.

Lejos de tapar el asunto, que roza el escándalo, si es que no lo es, al servicio de publicaciones de la UC no se le ocurre otra cosa que publicárselo. Tengo que reconocer que no me lo esperaba. Salvo meteduras de pata garrafales, como la publicación en papel de las pretendidas obras completas de González de Linares, lo que está haciendo últimamente este servicio universitario es muy pero que muy interesante: el libro de Solla sobre el Santander republicano, por ejemplo, que enlazo aquí, es admirable, en todo, tanto en contenido como en diseño.

No contento con todo lo anterior, el susodicho publica un artículo en El Diario Montañés, al que me refería en el primer párrafo, en el que una vez más desvela su as en la manga: su interés por el archivo del coleccionista.

No sé a vosotros, pero a mí se me hace raro que un profesor de universidad sea capaz de hacer un informe así, tan tendencioso (por llamarlo de algún modo), y que encima aproveche su presentación pública para colocar un proyecto empresarial. Y con este último artículo reincide. ¿Sorprendente, no?

Antes de ponerse a escribir sobre prioridades culturales de Santander, ciudad donde vivo, me gustaría que este señor se diera una vuelta por la biblioteca del grupo Ateca o por la de Nueva Montaña, a ver qué le parece qué es lo que requiere más atención. Siempre que este señor sepa de lo que habla, claro, que esa es otra cuestión. O que sus intereses personales le dejen ver lo que hace falta.

Por cierto, muy bonita la expo de Lafuente en la sala del Paraninfo de la UC. El reparto de cartas, bien.

Respecto a esta expo y las otras dos que tiene montadas en Santander (paraninfo de la UC, palacete del embarcadero y MAS), el propio Lafuente dijo en Babelia que estaban pensadas para ganarse un nombre y que así los propietarios de fondos no tuvieran recelos a la hora de prestárselos (¿vendérselos?). Ahora, gracias al profesor de la UC, también sabemos que son expos pensadas para presionar al ayuntamiento.

- La apisonadora.
- ¿La apisonadora?
- Sí, el título que podíamos haber puesto a esta entrada.
- Bueno, pues ponlo.
- Vale, lo hago.

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Noche.

Alcantarilla de Santander.

viernes, 10 de octubre de 2014

Restos de Valdecilla, biblioteca popular "Eliseo Reclús" de Santander (1937), corruptelas menores, directorio telefónico (1936) y Dr. Gonzalvo

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Acabo de saber que el reloj del pabellón, precisamente, "del reloj" o de dirección de Valdecilla está en el ayuntamiento de Valderredible. Al parecer los vecinos de este municipio daban patatas a cambio de asistencia. Cuando se echaron abajo los pabellones quien fuera decidió dar a este ayuntamiento el reloj. Y allí está.

Las piedras de la fachada están numeradas y enterradas en una finca propiedad del Gobierno cerca de Santander.

Parte de las cristaleras del hall, las más historiadas, están en el salón noble de la biblioteca del hospital.

El busto del marqués que también estaba en el hall se encuentra en el jardín que hay enfrente del pabellón 16, a la intemperie, a pesar de ser de interior. Hay otra copia, según tengo entendido, en la casa de la familia del marqués en Solares, casa que funcionó como colonia agrícola para enfermos mentales durante la Guerra Civil. Qué distinta esta colonia agrícola, en la finca del marqués, a lo que ésta es hoy: de proyecto asistencial de vanguardia a reclamo turístico tontorrón. Prioridades.

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El próximo domingo, inauguración de la biblioteca popular "Eliseo Reclús".

La Comisión de Bibliotecas, que, como se sabe, inició la creación de las llamadas populares de barriada al constituirse el departamento de Instrucción pública, no podía olvidar, en modo alguno, una tan digna de atención como la de Puertochico.

Por ello, plácenos anunciar, al fin, la inauguración de la biblioteca "Eliseo Reclús" en dicha barriada. Ella tendrá lugar a las once de la mañana. Consistirá en un sencillo acto a base de una conferencia que el publicista Manuel Llano se encargará de explicar.

Ya lo saben, pues, todos los vecinos de aquella zona: la biblioteca "Eliseo Reclús", sita en Castelar, 7, entresuelo, será inaugurada el próximo domingo. Esta Comisión de Bibliotecas espera la asistencia de los mismos.

Santander, 21 de enero de 1937.

Visto bueno: el director general, Jenaro de la Colina; por la Comisión de Bibliotecas, Urano Macho.

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Una empresa pública de referencia ha contratado a una privada para resolver determinadas tareas. Un chavalejo contratado por esta última se dedica a coger palés y guardárselos en una furgoneta que tiene aparcada al lado del almacén. Al parecer pagan por palé unos dos euros. Las empresas que los compran son las mismas que luego los venden de segunda mano por más del doble de lo que han pagado por ellos. Se los venden, y en grandes cantidades, entre otras, a la empresa pública que ha contratado a la empresa que ha contratado a su vez al chavalejo.

El chavalejo, además de ser un mangante, es medio tonto, o sin el medio. No solo por jugarse el puesto por no más de cien euros al mes, sino por coger palés delante de todo el mundo, incluido yo mismo, aun sabiendo que tengo trato con su jefe. En qué situación me pone.

La corrupción cala.

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Finales de 1936. Santander.

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Al Dr. Gonzalvo, Gerente de Valdecilla durante la primera mitad de 1936, durante el periodo conocido como del gobierno de los comités, no lo conoce nadie, ni microsoft. Una injusticia. Lo mataron en el 37.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Hace un par de minutos

Pasa una ambulancia a Urgencias. En cuanto entran en el recinto del hospital quitan las sirenas y reducen la velocidad. Es el protocolo. En el asiento del copiloto veo que va sentada una señora mayor. Mala señal. Las cosas no deben ir bien dentro. La señora va aferrada al cincho del bolso como si le fuera la vida en ello. Es como cuando te caes con algo en la mano y de manera insconsciente lo salvaguardas con tu vida, aunque lo que agarres sea una nadería, no importa, inconscientemente actúas así, prefieres partirte la crisma antes que soltarlo, lo que sea, un cigarro, la vuelta o la lista de la compra, la vida de tu marido. Seguro que os ha pasado alguna vez. Esta señora agarra así su bolso. Pobre mujer.

martes, 7 de octubre de 2014

La luz y las sombras, mapas, tumbas en las paredes de la catedral, la bolera y el juego del bote, y un plato de maganos

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En el cuartu de mí hermanu y míu en Culindres tiníamos maeras enas ventanas, no persianas, maeras por dentru. Nu cerraban bien. Entardanochi alcordemi de la luz que lambía daquella las parées del cuartu al ser de día. Si estaba espiertu, liía aprovechando esta luz, las línias que pasaban polas rindijas de las maeras, moviendo el libru d´isquierda a derecha, cumu si lu pasara por un escáner.

Estuvi esa misma nochi amirando la luz qu´entra en muestru dormitoriu, el de Raquel y míu. Es luz nochirniega. Entra por baju porque surdi de las farolas. De la que entra, aseja en el techu. Cuando pasan cochis, cambea de sitiu (cumu las estrellas fugaces, que se muevin a favor del airi, sigún créin los nansos). Entós paez que ha entráu de súpitu una tropa de pulicías pisculizando daque preba del dilitu.

Cuando viníamos a Santander siendo críos mos gustaba a mí hermanu y a mí cerrá-la persiana tolo que diera de sí. Dejábamos una sola ringlera de juras por riba. La de más a la derecha estaba más abierta qu´el restu, era cumu si hubieran mitíu un punzón por ella, d´esos que se jacin con una punta de cuerna de venáu, pa enanchalu y poder, quin juera, achisbamos. Si era navidá los que mos achisbaban por esa jura enancháa cona punta de la cuerna de un venáu (aquí ya se dejaba notar la influencia de papá noel y los sús renos) eran los réis magos. Recuerdo que a mí se me jacía que por navidá la luz que pasaba por esa jura tinguilitiaba por demás.

En Culindres vinía a posase un gurrión ena repisa en cuantas salía el sol. Era el primeru del día, cudábamos. Nu era el primeru, nomenó, pero sí pa nós. A minudu ya estábamos espiertos y mos encantaba sintilu. En Sanander, sorprendentemente, tamién vinía a posase un gurrión. Tamién era el primeru. Mí hermanu o yo, ya viviendo de continu en Sanander, de mayorucos, estamengábamos, el que la tuviera más a mano, una pinza contra la ventana pa espantali. ¡Plas!

Yo imaginaba que el gurrión de Culindres tamién escapaba volando.

- Raquel, que las luces del techo se están moviendo.
- Tranquilo, que son los coches.


(2)

Pongo aquí foto de un mapa que dibujé para no sé qué. Quizá Raquel recuerde qué era.


En relación con este artículo (aquí) de Alejandro Gándara.

(3)

Tumbas en la pared del claustro de la catedral. No llevan nombre porque eran de monjes. Ahora hay que pagar un euro para entrar al claustro y/o catedral.



(4)

En Sopeña jugábamos al boti - boti. Yo hasta hace poco no me había percatado de que boti era bote. Este juego se practicaba en la bolera. No me acuerdo muy bien cómo funcionaba. Solo que era una especie de esconderite. Con el bote se golpeaba en el suelo, contando con los ojos cerrados, en el centro de la bolera, debajo de la luz, donde estaba la caja de bolos. Si era contra uno de los pies metálicos, mejor. Luego de contar se salía en busca de los que se habían escondido. Cuando dabas con uno escondido, por ejemplo, detrás de uno de los plátanos de la bolera, que era el sitio habitual (que hubiera muchos árboles confería al juego una tensión muy excitante), echabas a correr y dando golpes con el bote en el suelo decías "boti - boti por Culis" o por Poli o por Sapu, Teto, Pata Chula, Garbanzu, Toñito o por quien hubieras visto. Pero tenías que correr, porque el que se había visto sorprendido también lo hacía y si llegaba antes que tú al bote y le daba una patada, te la quedabas otra vez.


¡Boti - boti por Don Dinero!

(5)


Plato de maganos, así pedido y así servido en El Riojano de Río de la Pila de Santander. Por cierto, solo tres euros.

lunes, 6 de octubre de 2014

Manzanos cabuérnigos

Aquí puse la foto de tres variedades de manzanas carmuniegas. La de la izquierda y la del centro tenían sabores reconocibles. La de la derecha, que parece un tomate, aún no la había probado cuando saqué la foto. La posé en el balcón, al sol, para que terminara de madurar. La probamos Raquel y yo el otro día. No sabe a ningún tipo de manzana que hayamos probado antes. Es muy sabrosa. El aspecto es parecido al de las maíllas que puse aquí, pero en grande. Esta observación es de mi padre.

Por cierto, me dice un amigo lebaniego que al menos en Lameo, Valderrodíes, a las manzanas silvestres las llaman meilas y meilar al árbol. Pero mi amigo dice que las meilas que recuerda él y recuerda su madre tenían el tamaño de una ciruela claudia, no eran tan pequeñas como las de la foto.

Vuelvo a las manzanas carmuniegas. Teníamos dos de cada. Ayer llevé una de las que se parecen a tomates a mis padres. El sol ya le había sacado los colores lo suficiente. Nada más cogerla a mi madre se le encendió la memoria y me dijo que ella iba de cría con su madre a comprar esas manzanas a la casa de don Delfín. Es la casa que está entrando a Sopeña por la Calleja Entresietos, la del cuartel de la guardia civil, a la altura del Merderu, dejando Jerreru a la derecha. Ya no tiene manzanos. Incluso tenía una alameda que conducía desde la verja a la puerta de la casona, pero el propietario actual taló hace unos años todos los árboles de la finca.

Don Delfín no sé si era el padrino pero sí que se preocupó de Manuel Llano. Era también él escritor. Sopeña aparece en sus libros como Urbina, que es la mies donde está ahora la casa de mis padres, y también la mies donde se jugaba a la brilla (un juego parecido al hockey que lamentablemente se ha perdido) mientras duraba la derrota.

Abro aquí un breve paréntesis: las mieses ya hemos comentado que son espacios destinados en origen a terrazgo (hoy de uso intensivo ganadero) en el entorno inmediato al pueblo (la primera de las capas de la cebolla que es el modelo territorial cabuérnigo) de aprovechamiento individual pero organización colectiva. Las mieses están compuestas por jazas o parcelas, generalmente alargadas y estrechas. Estas jazas están delimitadas por jisos. Estas jazas tenían un propietario estable (como en las prairías de la falda de los montes y a diferencia del práu conceju, donde las parcelas, conocidas como brañas en Tudanca, se sorteaban entre los vecinos cada año). La familia propietaria no podía hacer lo que quisiera con su parcela. Estaba sometida al interés común. El bien común se definía y regulaba en los concejos (no me extraña que desde el poder se hayan reprimido hasta su práctica extinción, porque, con independencia de que, en mi opinión, el concejo es un invento precisamente del poder para tener a la población bajo control, lo cierto es que su potencial de autogobierno es infinito, y ya sabemos que todo lo que existe en potencia puede acabar traduciéndose en términos reales, que es precisamente lo que asusta al poder, de ahí que haya reculado y esté ahora empeñado en apagar los últimos rescoldos de una idea suya que podía habérseles ido de las manos, sobre todo en un contexto democrático como el actual o, mejor dicho, en un contexto de apetito democrático insatisfecho como el actual). La mies estaba cercada por un único muro. Se recogía la cosecha, maíz o lo que fuera, coincidiendo con la bajada del ganado de los puertos o pasá. La mies entonces se derrompía, es decir, se dejaba que entraran las vacas y aprovecharan los restos del cultivo. Es la derrota. Pues bien, el juego de la brilla coincide con la derrota. Se jugaba en la mies, entre vacas.

Retomamos el hilo. Ramón villegas ha recuperado hace no mucho un libro de don Delfín, El riñón de la montaña, me parece. Hay otro, no recuerdo el título, en el que describe un árbol concejil en Sopeña que ya no existe, un roble. Donde el autor emplaza el árbol se levanta hoy la iglesia, que no tiene más de un siglo (la imagen de la virgen se trajo de una ermita que se tiró y que estaba donde hoy está la fenecida escuela). En la biblioteca de don Delfín se formó Manuel Llano. Por influencia suya es que comenzó encuadrándose en el costumbrismo. Es una pena que se le conozca sobre todo por esta primera etapa epigónica (los estertores del s. XIX) porque acabaría escribiendo narrativa de avanzada de calidad extraordinaria (es ésta una corriente literaria nacida al calor de la República y aguzada por la guerra que no llegó a desarrollarse porque la cercenó la victoria franquista, pero que estaba llamada a ser una nueva cumbre de la literatura española), caso de las novelas o, como él mismo decía, prenovelas Monteazor o Dolor de tierra verde, absolutamente impresionantes.

El caso es que en uno de los relatos de Manuel Llano, quizá de Retablo infantil, el autor recuerda que de pequeño don Delfín le pagaba un dinero por cuidar los manzanos de su finca. Es un relato precioso. Son los mismos manzanos que conoció de cría mi madre, ahora lo sé. Son los mismos frutos.