viernes, 28 de abril de 2023

A vueltas con los tejos de Resconorio

Pregunté a un vecino de Bollacín (Luena) y me dijo que allí los fresnos nacen solos, los consideraba casi una plaga.

Bollacín es un núcleo de población de lógica montañesa que raya con la pasiega, al otro lado del río Madalena ya se yerguen los Montes de Pas. 

El fresno es el árbol que suele haber a la puerta de las cabañas pasiegas. Si en lugar de haber preguntado a un vecino de Bollacín le hubiera preguntado a uno pasiego, este me habría contestado que sí, que los fresnos proliferan pero que no suponen un problema si los sabes manejar. Además de dar sombra y verde estos árboles son una auténtica fábrica de madera, por eso mejor tenerlos cerca, por si acaso, porque ayudan, porque son buenos (pero como convenga, que eso es el paisaje). Los pasiegos no lo ven para nada como un árbol dañino. En Bollacín no se han enterado.

Entonces pregunté al mismo vecino de Bollacín por los tejos de Resconorio (también Luena), que por qué no había cabaña sin uno a la puerta, aquí, aquí y aquí (punto 10), a lo que respondió que los tejos se dan en Resconorio como los fresnos en Bollacín.

¿Será cierto que los tejos proliferan en Resconorio y no los fresnos? ¿Será por eso que no hay fresnos sino tejos al pie de las cabañas de Resconorio? Si así fuera, ¿con qué fin? Los tejos son árboles peligrosos, y lo saben. ¿Habrán hecho de tripas corazón, habrán aprendido a manejar con más cuidado los tejos, con más cuidado, digo, que el que ponen en el manejo de los fresnos, o es que estos tejos de Resconorio responden a alguna otra razón que se nos escapa? ¿La lógica alternativa (a la de su función práctica) de los tejos de Resconorio, caso de existir (y os recuerdo que mi madre Cabuérniga asocia tejo y vivienda), podría subyacer también en la de los fresnos del resto del Pas?

3 comentarios:

  1. El tejo es muy peligroso para los caballos, menos para vacas y ovejas y nada para las cabras, que lo devoran con fruición ¿tendrá algo que ver con eso?

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  2. En el pueblo nos contaron la historia de unos caballos que murieron por dejarlos debajo de un tejo, que había pasado no en Luena, sino en Cabuérniga o por allí, lejos.

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  3. El desconocido del anterior comentario soy yo, que escribí sin haberme identificado antes.

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