Con diferencia, es mucho mejor el primero.
La foto es de una paisana de Bedoya y la he tomado de aquí, donde hay más igual de interesantes.
Que yo sepa cebollas dulces de Bedoya venden en una carnicería de la C/ Floranes de Santander. No conozco de más sitios en la capital, aunque seguro que los hay.
El Principado de Asturias convoca subvenciones para la restauración de hórreos, paneras y otros elementos de interés etnográfico para particulares e instituciones sin ánimo de lucro, aquí.
En Cantabria tenemos muchos hórreos (quiero decir, más de los que creemos), de muchas tipologías y todos en muy mal estado, por ejemplo aquí o aquí, ambos sin catalogar.
No sé si alguien duda de que la Directora Médica de Atención Primaria tiene que dimitir o la tienen que cesar. Y si la Gerente la respalda, también.
En el suplemento Cantabria en la mesa leemos: "A mitad del siglo XIX surgió el término jándalo, una acepción fonética que identifica a los cántabros que habían emigrado a Andalucía y que imita la forma de pronunciar la palabra por los nativos de esa zona". Las negritas son mías. Las vueltas que tienen que dar para evitar decir cántabro.
La Federación ACANTO presenta este miércoles a las 19 h. un libro dedicado a la iglesia rupestre de San Juan de Socueva de Arredondo, aquí, incluyendo propuestas de restauración de este templo que, dentro de su tipología, quizá sea el más antiguo entre los conservados en la franja norte peninsular, según nota remitida por el Centro de Estudios Montañeses.
Para seguimiento telemático en directo, aquí. La conexión se realizará cinco minutos antes del inicio, es decir, a las 18:55 h.
"Años dimpués, lo que mi dicían era Tú eres aquél que no quería hacer la mili, ¿no?; yo arrespundía que no, que ésos eran muchos, cuasi toos, que yo era el que de verdá nu jue, y ahí turcían el morru y tamién la cabeza [...]. Yo pensaba que cuandu se acabara la mili, tantísimu patriota marcharía a alistase voluntariu, peru era un pensamientu con mucha sombra, y la sombra acertaba nel barruntu."
Del artículo "Valor supuestu" de Raúl Molleda, aquí.
"No soy la primera persona en utilizar este sustantivo [milagro] para describir la improbabilidad de literatura culta y contemporánea en una lengua de la que llevan siglos diciendo simultáneamente que:
a) está extinta
b) es indistinguible del castellano salvo en cuatro rasgos o palabras que además cambian de valle a valle
c) es un constructo artificioso solo comprensible a los iniciados, que son los únicos además a quienes les interesa
d) es propia de personas incultas que se dedican a labores loabilísimas como criar ganado o liar cigarros en la Tabacalera, pero que es impensable que se dediquen al cultivo intelectual o de las bellas letras
¿Pero no se excluyen mutuamente estas cuatro afirmaciones?, dirán ustedes. Ciertamente, los detractores de la conservación y promoción de nuestro patrimonio lingüístico llevan décadas consiguiendo armonizar estos cuatro argumentos, por complicado que parezca. [...]"
"Contra todo pronóstico: Sobre lo que dio de sí el 2020 para la literatura asturiana", artículo de Laura Marcos publicado en CTXT, aquí.
Esta solución, que a mí se me hace conectada (idealmente) con la arquitectura japonesa, se utiliza mucho en cartelería actual y portones de casas modernas. Habría que estudiarla bien para reproducirla sin perder autenticidad.
"La lobera es una yerba que también echa las flores colorás como las rosas. Cocía con vinu es lo más a propósitu pa que las cortaduras no cierren en falsu. Estas hierbas las hay en las brañas de Carraceo, y está probau que el su remedio no es un embuste."
De "La virtud de las hierbas" de Brañaflor (1931), Manuel Llano.
Parecer ser Digitalis purpurea.
La Braña de Carraceo está aquí:
X: 390.990,34
Y: 4.776.446,64
mapas.cantabria.es
Una vez terminada la senda volvimos al coche andando por la carretera.
Partido en la raya del arcén, como si se hubiera caído haciendo equilibrio, un petirrojo aplastado por un coche.
Estaríamos, qué, a la altura de aquel bosquete tan bonito de los árboles blancos, probablemente abedules.
Su abuela la mandaba a por pan donde ella pudiera verla desde la ventana y el panadero, que se conocían, le regalaba un pan pequeño redondo que cuando dejó de hacerlos sustituyó por un currusco que quitaba de otro pan.
Sigue siendo el pan más rico de Santander, me dice esta mañana haciendo cola.
Ha entrado ella sola, por las restricciones.
Al salir al pan le faltaba el currusco.
Salía de la estafeta de Correos antes de caer la noche, no creo que hayan transcurrido ni dos horas siquiera, los días ya se alargan, tras recoger la autobiografía de Federica Montseny, Ministra de Sanidad anarquista durante la República en guerra, libro de segunda que he comprado por internet, cuando de camino al trabajo, que a pesar de estar de vacaciones tengo que rematar una presentación para la semana que viene, le vi rebuscando en la papelera de al lado de la parada de taxis con un periódico en la mano, no distinguí la cabecera, y comprobando que no hubiera otro dentro, rebuscando con la mirada ida pero no tanto como para no verme mirando para otro lado yo para no saludarle, amigos del instituto.
"Paisax y cultura n´Asturies (I): Bañeres y praos. Un análisis antropolóxicu" (Cultures, 2015) de Roberto González-Quevedo, aquí.
Meca es también el primer barrio que hay entrando al valle, y el puente. Pertenece a Ucieda, que se dice nació en Santa Marina, en la falda del monte delimitado por la cinta de agua que extiende el río Bayones.
En La Collaa hay una finca que se llama Redomeca, no sé si del lado de Carmona o de Valle.
Las fotos están tomadas desde El Escudu, al pie de Piralba.
Más aquí.
El Escudu es la línea de cumbres que separa La Montaña de La Marina. Suele servir de tope a las borrascas que entran por el mar, de ahí su nombre, aquí.
Una de las cumbres más significativas de este sistema montañoso es Piralba, en la foto, que se podría traducir como "piedra alba o blanca". Tampoco se puede desdeñar la posibilidad de que remita a la raíz prerromana reconstruida *ALB-, con el significado de "altura, elevación".
Siendo mi madre cría subió a este monte a buscar un Misterio con unas amigas. Lo encontraron. Recuerda asomarse tumbada desde aquí. Debía ser por estas fechas.
Nosotros no pudimos llegar. Habíamos ido con una pareja de amigos y ella se mareó. Pertenece al entorno sanitario y estos días tan duros le están pasando factura. Tuvimos que bajar rápido.
En las recomendaciones de la Biblioteca Central de Cantabria, aquí, no hay ni un solo libro editado en Cantabria ni de autor cántabro, y no es porque no los haya (ni que sea el último de Pombo), sino porque no se les presta la suficiente atención.
Es una biblioteca que entre sus funciones tiene que estar la de crear comunidad, y no lo está haciendo.
El mismo vecino que nos explicó lo anterior nos dijo que del lado de la costa, entre la iglesia y el castillo, hay hundidos varios cañones que dependiendo de la mar se pueden ver desde arriba. Estos cañones no se parecen a los del puerto, son distintos. Alguno ya se lo han llevado, asegura.
No sabía que el escritor Chukri, autor del impresionante El pan a secas (dicen que escrito bajo influencia de Paul Bowles, autor de Bajo el cielo protector, también impresionante, aunque a mí me parece que la influencia fue mutua) y cuya obra está recuperando con mucho tino la editorial Cabaret Voltaire, había traducido la no menos impresionante obra, cuando lo es, de Susana March, cuya poesía fue editada por Manuel Arce, por quien la conocí, habiendo tomado éste contacto con ella a través del cabuérnigo Ricardo Fernández de la Reguera, marido y mujer.
Más aquí.
El latín CAMPUS no tenía en origen el significado de terreno de cultivo sino el de terreno llano, explanada.
El significado original se conserva en el cántabro campa, que suele estar dentro del núcleo de población. El masculino se reserva si acaso para el exterior. Y es en el exterior donde encontramos el vasco kanpora, "afuera".
Es probable que a esta primera hornada de palabras previa al campo de cultivo pertenezca el cántabro campura, "ventaja", por ejemplo la que da un corredor a otro o un segador a otro en una competición, quizá por el espacio que queda a la vista entre el que empieza antes y el que le ha dado ventaja o campura y va detrás.
Uno de los libros sin duda más interesantes de los publicados en Cantabria durante los últimos años es Cantabria: Voces de la República y de la Guerra Civil (Contenidos, 2020) de Esteban Ruiz. El autor establece una estructura muy clara del periodo comprendido entre los prolegómenos de la IIª República y la caída de Santander en el verano de 1937 y cada segmento temporal lo aborda desde múltiples puntos de vista sirviéndose para ello de testimonios de época e imágenes casi todas inéditas, no solo fotos sino también cartelería, pasquines cántabros, etc.
Impresiona el testimonio de un periodista italiano que describe la entrada de las tropas franquistas por los barrios obreros de la periferia de Santander, abriéndose paso a latigazos, castigando las manos de los vecinos que no saludaban al estilo fascista, o el de los guardias de asalto que ante la inminente caída de la capital se hacían acompañar de un notario para que diera testimonio de la calidad de los republicanos que asesinaban, para ganar puntos de cara a los ocupantes.
Un libro estremecedor absolutamente recomendable.
