Muchos de los amarres del puerto de Castro Urdiales son cañones hincados. Reciben el nombre de oralas, del latín ORA, "borde, orilla".
El de la última foto, del que no sé si lo que asoma es la boca del cañón o la culera, tiene amarrada una cadena que se sumerge en el puerto. En el otro extremo, posado en el fondo, está lo que se llama el muertu, que es un bloque de hormigón al que va atado el elemento al que, ya en la superficie, flotando, se amarran las embarcaciones.
El mismo vecino que nos explicó lo anterior nos dijo que del lado de la costa, entre la iglesia y el castillo, hay hundidos varios cañones que dependiendo de la mar se pueden ver desde arriba. Estos cañones no se parecen a los del puerto, son distintos. Alguno ya se lo han llevado, asegura.
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