La palabra compañero viene del que comparte pan.
En cántabro se podría traducir como ñeru.
Palabras de la famila son comparciar y compangu, pero no acompangar, al menos no con el significado de "acompañar", como me temo que yo mismo he utilizado. Para "acompañar al que parte" se utiliza escurrir, que no espurrir, que significa "estirar" (y de ahí espurriera, las ganas que entran de estirarse cuando se empieza a tener fiebre).
En cántabro tenemos una palabra que va un poco más allá que ñeru, que es collazu, variante collaciu (con /i/ epentética leonesa): compañero de fatigas, íntimo, casi podría decirse que camarada.
Collazu viene del latín COLLACTEUM, hermano de leche, es decir, literalmente, aquél con el que te une el compartir o haber compartido nodriza.
Durante la Edad Media collazu marcaba en nuestra tierra un tipo de dependencia con el señor, no sé si más estrecha o menos que otras figuras. Incluso se manejaban las collacías como unidades territoriales, ignoro sus características.
Leo en No soy de aquí, notas tomadas por Joseba Sarrionandia en la cárcel (por cierto, libro a la venta en Gil), lo siguiente: "La palabra ugatz es realmente muy interesante. Es o ha sido en otro tiempo conocida en todos los dialectos del euskara, pero hoy no se utiliza con frecuencia. Significa mama o pecho (...) también la leche del pecho o de la madre. (...) La palabra ugazaba (amo) es un compuesto de ugatz, y sería interesante descubrir la etimología o historia de esa palabra porque quizás aclare la estructura familiar de alguna sociedad."
Es probable que el vasco ugazaba y el cántabro collazu compartan origen.
La consideración patrimonial del cántabro se debe a este tipo de conexiones, a estos recorridos, patrimonio del que somos precisamente los cántabros, por razones obvias, los principales responsables, para bien y para mal.
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8 comentarios:
Mencionas "espurrir", supongo que conozcas el adjetivo "espurrido" con el significado de "alto" ("Juan es muy espurrido"), por si acaso ahí te lo dejo. Saludos!
Anónimo pasiego
"Compangar o companguear" se utiliza(ba), pero no en el sentido de "acompañar". De ellas se deriva el despectivo "compangón", similar aunque con otros matices a "tocineru" (Revilla sería el clásico "compangón" para ilustrar un manual de Montañés).
Ahora, güelta la vaca al verde, que cada cual es libre de inventar lo que quiera, es legítimo, bien por afán de innovar, buscar divergencias con el castellano o por lo que sea, lo importante para mí es identificar lo tradicional para quien le interese saberlo, que supongo tampoco serán muchos, paezme que...
Incluso vería hasta bien el uso de "Montañés" para referirse a lo uno y "Cántabru" para los amigos de la experimentación y sus lectores, abiertos a cualquier novedad.
El mesmu de anantes.
Compangar digo que lo he utilizado con el significado de acompañar, o sea, mal, yo mismo porque sé que alguien lo ha utilizado, y como no recuerdo quién, me pongo yo por delante.
Dime una cosa: que un pasiego diga "cin" por cine, un santanderino "chirrín" por chupito y un montañés "meter jierros" por meter marchas en el coche o "echá-la galga" para poner el freno, ¿es suficiente experimentación como para que "cin", "chirrín", "meter jierros" y "echá-la gala" sea considerado cántabru o todavía no llega y se queda en pasiego, pejín y montañés?
Tienes una visión de tu lengua materna muy injusta: la estás condenando al anacronismo.
La RAE define "collazo" como criado. Prefiero el significado cántabro. Podríamos decir que el castellano "collazo" es un "false friend" del cántabro: no compañero de fatigas sino criado. Pasa por ejemplo con el cántabro "materia", castellano pus y otros.
Además, se me ocurre, que nadie se atrevería a negar su condición patrimonial al castellano.
Los diccionarios del castellano tienen también los significados que tú has comentado para el Montañés... y otros. No es tan pobre, no.
A la consideración de que yo condeno al anacronismo al Montañés porque soy favorable a no enturbiar el campo léxico en ejemplos como el que puse... pues es lo mismo por lo que considero que está bien que exista el cajón de sastre del "Cántabru" al que antes era hostil y, en cambio, hoy le veo utilidad. Libertad de diseño y experimentación. Por qué no.
El querer experimentar con el Montañés en la palabra X sin estudiar previamente el uso concreto que nos ha llegado es condenarlo a mera fuente de pastiches.
Pero, oye, que quien quiera que "companguear" sea equivalente a "acompañar" en su derecho está, y el Cántabru puede ser una buena herramienta para ello. En Montañés, ya se tiene "acompañar", "escurrir", etc, según el caso... porque si angunu sinte icir de él que companguea a Zutranu... puea que lo tome a mal.
En el RAE el abanico de significados para "collazo" es limitado, y ninguno parecido al que tiene en cántabro. Me gustaría echar un ojo al Corominas para saber desde cuándo se viene utilizando "collazo" en castellano, si es que vive, y en qué ámbito geográfico, porque a lo mejor nos llevamos una sorpresa. Pero creo que este no es el tema principalni de mi entrada ni de esta cadena de comentarios. El castellano es una lengua muy rica y eso nadie lo niega, faltaría.
Otro asunto menor es la polémica en torno a "compangar": si alguien lo utilizó con el significado erróneo de "acompañar" lo hizo mal, eso nadie lo discute. Son estas marcianadas de primera generación que hay que corregir sí o sí (como "colla" por grupo de habla). Estoy seguro que nadie mete la pata a posta.
Y ahora los dos temas de verdadero interés:
Ojalá estuviera fijado en soporte físico nuestro vocabulario con su significado exacto. Hacerlo es fundamental. Es una tarea que sobre todo toca a los que manejan ese vocabulario: o bien fijarlo ellos o bien cedérselo a otros que sepan cómo hacerlo (que no soy yo). La bibliografía que manejamos es mucha, pero insuficiente. Del Alto Nansa conozco el vocabulario de William Christian, el estudio de Penny, el vocabulario de Lamasón recopilado por (escribo de memoria) Soberón, el diccionario de Roberto Diego, el atlas lingüístico de Alvar y me temo que nada más.
Ese vocabulario se tiene que cuidar entre algodones.
Una vez esté disponible el vocabulario toca estudiar de qué manera se puede traer al presente, si se puede, que yo creo que sí. Sinceramente, no creo que el montañés se merezca quedar recluido en el mundo rural de nustros abuelos. Tiene recorrido. Me encanta que un pisano llame "galga" al freno del coche, o "cochi" al coche, o que al cinturón de seguridad lo llame "cinchu". Me hace creer que tiene potencial, que tiene futuro. Y es ese futuro el que tenemos que explorar entre todos, cada uno como quiera.
Porque al final se trata de eso: que sabiendo lo que hay, y sabiéndolo con criterio, que cada uno haga lo que quiera con un patrimonio que es necesario que sea de todos para que sobreviva. Recluyéndolo, muere. Estoy de acuerdo que pervirtiéndolo también. Pero intentar que nos acompañe en nuestro día a día no es pervertirlo.
Y perdona si en mi anterior comentario fui un poco duro. Suelo escribir con prisa, a ratucos y a veces prescindo de formalidades.
Si vas a venir este verano al Nansa y quieres, ponge un comentario con tu contacto (que no publicaré) e intentamos quedar.
Saludos.
El vocabulario de Lamasón no es de soberón sino de Leopoldo Camarero Ruiz.
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