jueves, 18 de agosto de 2022

El ejemplo gallego

Estaba Roldán ayudando a Santiago en la guerra contra el moro cuando se encaprichó de dos moras a las que no pudo dar alcance, convirtiéndolas en piedra como venganza.

Una de las moras:



Una de las huellas que dejó Roldán al bajar del caballo para ir tras las moras:


Probablemente se trate de una reinterpretación de creencias anteriores y las marcas en las piedras, petroglifos.

No falta la ermita cristianizando ni el que se ha catalogado como el cruciero más antiguo de Galicia.

La carga cultural de este entorno es máxima.

Pero si levantas la mirada te das cuenta de que estás en mitad de un campo de molinos:


No tienen ningún respeto. En Galicia han ido al límite, que es lo que pretenden en Cantabria: poner un molino allí donde nada lo impida expresamente, algo muy grave, a lo que se añade que los que los ponen son los mismos que deciden dónde se pueden poner, algo ilegal además de grave (pero no importa), y es siempre en cualquier parte.

En cualquier parte, salvo que se les haga frente.

Aquí o allá, así no.

1 comentario:

Serrón dijo...

Varias apreciaciones:

- Fuimos buscando un campo dolménico ("as mámoas") cercano. Fue un vecino el que nos puso sobre la pista de este otro emplazamiento.

- Fue este vecino el que nos explicó lo de las huellas, que no aparece recogido en ningún texto que haya podido consultar (he hecho una búsqueda rápida). El vecino relacionaba estas huellas con charcos. Parece así entroncar con la tradición que asegura que Roldán murió de sed.

- Según he leído, es importante que las piedras estén nada más alcanzar la cima, en el "cambio de rasante". De esta forma la sensación es de huida. Los molinos, aparte de todo lo demás, quiebran esta sensación completamente.

- Creo que es a este tipo de afloramientos de piedras blanquecinas y redondeadas a las que llaman "seixas", que enlaza con lo dicho sobre "sejos" aquí:
http://elrobledaldetodos.blogspot.com/2022/07/seju-y-sejos-propuesta-etimologica.html

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