viernes, 29 de julio de 2011
Ganar una batalla no es ganar una guerra
Cuando los padres de Goliat enjugaron las lágrimas por la muerte de su hijo, juraron venganza. También lo hizo la familia, la aldea de gigantes, la raza toda, gigantes de lugares tan recónditos que ni tan siquiera ellos, desde su altura, alcanzaban a ver. Y hasta hoy.
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