Reventando una cueva de Arredondo

Como continuación de la nave espacial de Cantabria en FITUR, Turismo va a recrear con ayuda de una empresa madrileña dedicada no sé si a parques de atracciones una colonia terrícola en Marte dentro de una cueva de Arrendondo.

La afección de este proyecto en la malhadada cueva cántabra va a ser brutal.

Se abrió la mano con El Soplao, llegando incluso a regalarse estalactitas excéntricas a los visitantes VIP, quiero decir, regalos institucionales, ilegales e institucionales, y como se consintió, si bien es cierto que con la pistola del paro en el pecho, ahora no hay freno. Pero tiene que haberlo. Esto ya es ir demasiado lejos.

Tiene que haber formas legales de parar semejante astracanada. Y no es cuestión de bonito o feo, es sencillamente que no puede consentirse, no se puede reventar una cueva así porque sí, no es civilizado.

En el Arredondo del pintor Solana, al que el Banco Santander va a dedicar su sede del Paseo Pereda, el de los caseríos cántabro-vizcaínos en ruinas (aquí), el de la ermita rupestre de "La Cueva" abandonada (aquí), el de las vacas monchinas y los perros villanos en peligro de extinción, en el Arredondo de las mil necesidades, tantas como oportunidades, se va a construir una pretendida colonia terrícola en Marte dentro de una cueva. Y luego que si qué malos los ecologistas o los funcionarios de Medio Ambiente o la propia sociedad, que no entiende.

El Gobierno de Cantabria (Cultura, Medio Ambiente..., Presidencia) lo tiene que parar.