que estaba trabajando sobre la intersección entre metabolismo y burnout o síndrome del trabajador quemado
que parece que sí hay relación, a lo que contesté que sí, claro
que podía ayudarla con la búsqueda, pero que de dónde eran esos resultados que ella manejaba, de dónde los investigadores o las publicaciones que los habían dado a la luz, la financiación, el respaldo, de dónde
y efectivamente, tal y como temía, eran resultados obtenidos en países de trato duro, como China y Taiwán
que, qué casualidad, hay interés en saber si el trabajador que está mal no lo estará porque el que está mal es él
no porque nada provoque su malestar
así que le pedí que por favor tratara de compensar ese sesgo, que si peligroso es
decir que si te va mal te adaptes, como promueve el Banco Santander con sus programas escolares, por ejemplo
que no ataques la fuente de tus problemas, que acates y mutes
más peligroso aún es decir que no hay nada que hacer por imperativo, vamos a decir, genético, que es que tú eres así y que qué le vas a hacer: te tocó sufrir
tú sabrás
algo habrás hecho
y cómo no, sabiendo cómo eres
etc.
Insistí en que la propia línea de trabajo era tendenciosa, que el punto de partida lo era, que más que una línea era una flecha que se tenía claro a dónde apuntaba, al corazón de quién.
Ella se colocó la bata
bien
y me informó del dead-line.
1 comentario:
He corregido un par de cosucas que no me convencían.
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