No pude evitar compararlo con aquel Carmen en que José Manuel Cuesta subió a un escenario en Sopeña de Cabuérniga y cautivó a todo el valle con sus trovas.
El libro de trovas de José Manuel Cuesta no es bueno. Pero escuchar sus trovas, verlo en vivo, es una experiencia fantástica. Los poemas de mi amigo puestos en escena (emplazados) no son buenos. Pero leer su libro recogido en casa es una experiencia fantástica.
Es importante diferenciar y valorar cada cosa por lo que es. Una vez esté todo claro y puesto en pie de igualdad, provocar interferencias, aprender unos de otros.
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