lunes, 31 de diciembre de 2018

"Teatín", ardilla

"[Q]uiero que me diga francamente ¿qué tal bailo?

- Como un teatín, dice riéndose María Luisa.

Las otras muchachas también rieron el dicho, y como Pepito no había entendido la palabra, les pregunta:

Y... ¿eso qué es?

- ¿Cuál? dice María Luisa.

- Eso de teatín, responde el indiano.

- Pues... eso de teatín, le dice su hermana Lola, es un bicho que hay por aquí que unos le llaman así; otros esquilo y yo creo que su verdadero nombre es ardilla y como siempre anda saltando y bailando de árbol en árbol y muy bien, por eso María Luisa te comparó con él."

De la novela de costumbres titulada María Luisa (Torrelavega, 1927) de J. Gutiérrez de Gandarilla, pp. 25-26.

Teatino, de donde creo que, con sufijo cariñoso, procede teatín, es el integrante de la orden de los Teatinos fundada en Italia por san Cayetano en el s. XVI, y que popularmente, dice el Diccionario de la RAE, se confunde con los jesuitas.

La asociación entre teatino y ardilla seguramente se deba al hábito, a la capucha o al color. O quizá a esa pose tan característica de las ardillas con las manos juntas, como rezando.

Recordamos que esquilu viene del griego a través del latín y ardilla del árabe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Da gusto poder entroncar las vivencias personales con la realidad lingüística general. Menudos recuerdos jugando con mi abuela al parchís: "vas como un teatín", decía siempre que alguno se escapaba con dos buenas tiradas. Y pensábamos que era cosa suya.
Veceru

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