martes, 23 de abril de 2024

El café de hoy

Ha venido a tomar un café, no lo suele hacer, es hoy porque se lo he pedido yo, a ver cómo está, que últimamente no nos vemos mucho, y a la salida hemos visto que una chica joven conocida con la que habíamos coincidido a la entrada había dejado la bandeja encima de la mesa, no la había retirado. Es una chica a la que le ha ido muy bien.

Eso es lo que hemos conseguido, dice mi madre, que todos esos jóvenes que pudieron estudiar y progresar deshonren sus orígenes.

Que quieran ser como los de arriba, remata.

Decía que a esta chica le ha ido muy bien, de alguna manera como a mi, por eso que no se pueda criticar que mi madre hablara desde la envidia, quizá sí desde el rencor o desde la decepción, incluyéndome, que tampoco yo siento que esté haciendo nada por los demás o ni siquiera por los míos.

Salimos, mi madre abre el paraguas y me cubre, doblando la esquina ella sube la cuesta de los toros, yo me pongo la capucha del abrigo y bajo la calle.

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