Fragmentu tomáu de la entrevista a Xandru Fernández que se puei alcontrar nel magazine digital Neville.
-¿Por qué está tan encorsetada a lo ultralocal la literatura en asturiano?
¿Por el miedo, tal vez, a que algo que se salga de la norma no triunfe, o
por limitaciones e incapacidades de los propios escritores?
-¿Te refieres a la temática de las obras? ¿Ultralocal…?
-O a lo mejor no está encorsetada, o lo estaba pero ya no lo está. ¿Tú qué
crees?
-Hombre, la segunda novela que yo recuerde del Surdimientu estaba
ambientada en Nicaragua. Había dos novelas y una de ellas, o sea la mitad
del Surdimientu, no era de temática local. Era una novela muy mala, pero
estaba ambientada en Nicaragua. Y en la actualidad yo no veo a la
narrativa muy anclada en lo local. Otra cosa es, cómo te diría yo, la
metaliteratura, la imagen que la literatura asturiana transmite de sí
misma, que sí es una imagen efectivamente particularista.
-¿Por qué transmite esa imagen?
Supongo que porque es un idioma que literariamente lleva rodándose muy
poco tiempo. Biológicamente, el asturiano existe desde hace mucho, pero
literariamente sólo tres décadas o cuatro, y en historia de la cultura
tres o cuatro décadas no son nada. Cuando a una lengua se la saca del
ámbito familiar o local y se la prueba en contextos en los que no se la ha
probado nunca, es inevitable que se den miedos y prejuicios. Pienso que
eso ya está superado, pero desde luego el pasado es un pasado muy reciente
y por lo tanto esa impresión es normal que se siga transmitiendo. Cuando
se introduce una lengua de la que en los años setenta se consideraba que
sólo valía para hablar del arado, de los balagares y de las vacas, en el
mundo del microondas y del DVD o de la Victoria de Samotracia, es normal
que el propio escritor, aunque sea consciente de que la lengua vale para
todo, sienta cierto vértigo por salir del espacio de lo conocido. Ésta es
una posible interpretación, pero seguramente existan otras.
martes, 15 de enero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivu del blog
-
►
2024
(447)
- ► septiembre (36)
-
►
2023
(539)
- ► septiembre (37)
-
►
2022
(470)
- ► septiembre (34)
-
►
2021
(491)
- ► septiembre (47)
-
►
2020
(430)
- ► septiembre (39)
-
►
2019
(496)
- ► septiembre (52)
-
►
2018
(445)
- ► septiembre (43)
-
►
2017
(405)
- ► septiembre (24)
-
►
2016
(274)
- ► septiembre (25)
-
►
2015
(331)
- ► septiembre (15)
-
►
2014
(220)
- ► septiembre (14)
-
▼
2013
(445)
- ► septiembre (20)
-
▼
enero
(35)
- La casa de Sotileza
- Boronos
- Si no es qu´está escundía en un juriacu del conven...
- ¿Que lleve barba es síntoma de tener una cuenta de...
- Santander, ¿lo están tirando o levantando?
- L´hermanu de ZIP (monti Edillu, cabecera del Suscu...
- Las ráicis tamién son pa esborregar parées
- Bermúdez
- Zarceras de las bodegas burgalesas
- Fuentelcesped
- Gedo
- Francos (Guriezu)
- Quín te ha vistu y quín te véi
- La verdá é-mintira
- Lo que la verdad esconde
- Unos y otros
- Sintimientos
- San Martín de Bajamar rotu
- Chav
- Trampantoju bancariu
- Trigalis
- Entornando
- Ultralocalismos literarios
- Bienvenidos al fango
- Cuidado, no te salpiques
- Esperanza
- Ten con ten
- Pasividad cántabra
- Ocurrencias
- La ilesia Barcinillas
- Silencio, se rueda
- UC
- La flora herbácea de Armenia
- Parlar
- Ojalá hubiera pan aunque juera duru
-
►
2012
(183)
- ► septiembre (23)
-
►
2011
(173)
- ► septiembre (17)
-
►
2010
(220)
- ► septiembre (30)
-
►
2009
(199)
- ► septiembre (18)
-
►
2008
(103)
- ► septiembre (23)
No hay comentarios:
Publicar un comentario