Dos guás en un portal de una casa montañesa.
Los portales antiguos suelen estar bastante deteriorados debido al castigo que acarrea la carga y descarga de leña para la lumbre.
En el portal de una casa rehabilitada vi que habían echado cemento entre las piedras imagino que por miedo a que se soltaran. Error. Las piedras del empedrado de portales y de estragales, de corrales y corraliegas no están posadas, sino hincadas y encajan unas con otras a hueso, es decir, sin argamasa. No es un defecto; es así. Sería útil que arquitectos y urbanistas lo aplicaran cuando aborden rehabilitaciones de viviendas, edificios públicos o cuando emprendan proyectos urbanísticos (y que no nos molesten más con tanta acera hecha con lajas de pizarra que se levantan con las primeras lluvias o con calzadas de piedras de río pegadas al suelo con cemento).
Pongo la foto de un portal bastante deteriorado (el porqué lo he explicado más arriba) donde se advierte las dimensiones de las piedras del empedrado, de las que asoman, una vez hincadas, solo las puntas, como si fueran icebergs.
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