miércoles, 10 de enero de 2024

"También la gente del pueblo..." (Librucos, 2021) de Delfín Fernández y González, fragmento

Cristóbal se va de soldado a primera hora de la mañana. Está enamorado de Carmen y ella de él. Coinciden el último día en el baile de la bolera de Sopeña, uno enfrente del otro, pero no se dicen nada. Pasa el tiempo. Ella le hace un leve gesto de despedida con el pañuelo y se marcha. Entonces él se acerca y la acompaña a casa:

"Anochece. Carmen y Cristóbal permanecen silenciosos. Están de pie; ya se han despedido, ya Carmen ha dado su pañuelo al mozo, para que lleve un recuerdo de ella. No se escucha un ruido; el que producen las aguas del Saja llega de vez en cuando como un rumor lejano, en las ondas de esa ligera brisa que viene por la mañana con el día y por la tarde con la noche. Se ven en las sierras que rodean el valle grandes hogueras, escajales enormes que queman los pastores para que las lluvias, con las cenizas que quedan, sirvan de abono a la tierra y broten abundantes pastos. Hay suspendida sobre el llano una diadema de humo de color plomizo. Las llamas se reflejan en los cristales de los edificios aumentadas en colosales proporciones. Se elevan tranquilas a ratos, y a ratos se retuercen como serpientes, despidiendo millones de chispitas que pronto se apagan en el espacio. Grandes montañas de blanquísimas nubes recorren el firmamento. Parecen enormes montañas de lana de incomparable suavidad. Se agitan, se desarrollan, se juntan, se confunden, vuelven a separarse, y, perdida su forma primera, se alejan en distintas direcciones, dejando atrás rizados girones, que van desvaneciéndose poco a poco.

Queda un pedazo de cielo despejado. En su azul purísimo brilla muy débilmente una estrella, luego otra, otra después, después mil... Es de noche...

- Vete Cristóbal, que es tarde - dice Carmen -. Jasta la güelta.
- Sí, me voy. Jasta la güelta, Carmen.

Y en las sombras de una callejuela que se retuerce entre altas tapias, desaparece Cristóbal; y en las tinieblas de su portal, queda Carmen, esperando que se apague el rumor de las pisadas de su novio."

Del capítulo "También la gente del pueblo..." de Pos veréis... y otros relatos del Valle de Cabuérniga (1894-1934) (Librucos, 2021) de Delfín Fernández y González.

Es uno de los finales más bonitos que he leído nunca. Este tratamiento tan serio y respetuoso del autor es muy de agradecer.

Es un libro financiado por la Junta Vecinal de Sopeña, pueblo natal del escritor. Dan uno a cada casa del pueblo. Mi familia ha tenido el honor de recibir un ejemplar.

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