Me la señaló uno de los jardineros entre dos rocas de la escollera que sustenta la antigua pared que linda con la cuesta de los toros y la vi seca y en mal sitio, eso creía yo, en peligro, así que cuando me acordé, pasarían -no sé- dos días, la cogí y me la llevé a casa para meterla en agua primero y luego pasarla a tierra.
Al cabo de otro par de días la desenredé. Tiene en los tallos filamentos que le sirven para agarrarse a otras plantas de su entorno o a la misma pared. Pero cuando no tiene dónde, estos filamentos le sirven para agarrarse a sí misma, autosustentarse, como si fuera una pérgola. La desenredé y haciéndolo temo haberla perjudicado.
Además el otro día en casa de una amiga crecían varias rúculas silvestres y estaban igual de blanquecinas y prendidas mínimamente a la pared, de forma lastimosa, como desmayadas, así que no estaría tan mal la mía.
Diré que fue sin querer.
2 comentarios:
No se si llego tarde, pero leyendo un artículo sobre el sentido de “hacerse del abra”, no se si lo entendiste bien pero en mi zona parte sur de campoo, se usaba una expresión “hacerse del habla”, que viene a decir como que dos se han puesto de acuerdo a espaldas de un tercero para realizar un trato por ejemplo, un saludo y gracias.
Gracias por el comentario. Si te parece, lo copio y pego en la entrada correspondiente:
https://elrobledaldetodos.blogspot.com/2018/11/la-labra.html
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