Pues bien, esperando la aparición estelar de Rubalcaba, pasó una chica repartiendo un folleto de una fundación que presentaba como "el brazo solidario del partido". Leo en prensa que la responsable pagaba a su asistenta con dinero de la fundación. ¿Cómo? Apuntándola como ponente de conferencias que no se impartían.
Valiente canalla. A ella le dedico las siguientes dos fotos. Las he tomado hace escasa media hora cerca de mi calle:
Me vio la señora que estaba buscando en la basura hacer una foto de su carrito y, corriendo, vino a enseñarme su tesoro más preciado: el caballito de juguete. Hice una nueva foto, más mala si cabe que la primera, y la señora se marchó con una sonrisa que no le cabía en la cara.
Qué distinta huella en el mundo una, la canalla, y otra, la señora que buscaba en los contenedores de basura.
2 comentarios:
Así creo que no medramos...
Abrazos y nostalgias.
Siempre pienso que, excepto en la de Asimov, en todas las fundaciones hay una estafa original. Por cierto que Felipe González ha creado un apara estudiarse a sí mismo. En cuanto a las fotos, para completar esa denuncia de la miseria, me he acordado de la importancia que tienen los caballos de juguete para comprender el mundo y el arte: "Cuando un niño llama caballo a un palo, el palo no es un signo que signifique caballo, ni es un retrato de caballo, pero su capacidad de sustitutivo lo convierte en caballo" (Ernest Gombrich)
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