Para datar las casas bajas sobre todo se utilizan las puertas, parámetro que, dentro de unos rasgos generales (los propios de las casas bajas, fundamentalmente), destaca sobre el resto porque es el más fácil; y lo es porque no nos hemos preocupado de identificar o habiéndolos identificado no nos hemos preocupado de aplicar otros más afinados y apegados a nuestra realidad, como la aparición de la vargareta, el correor, el cuartu de juera, el soberau, etc.
Hay cierta polémica con las puertas. Hay para quien toda casa baja es gótica y los que distinguen entre góticas (con arco apuntado) y renacentistas, incluso entre casas renacentistas de transición y plenas (éstas ya no cabría decir que son medievales) por el tamaño de las dovelas, si estrechas o anchas, respectivamente. Son los que hilan más fino los que tienen razón, los que más se han esforzado, aunque hay que tener cuidado porque estamos hablando de estilos, no de dataciones absolutas. Así, puede que el estilo gótico se prolongara en un determinado valle más allá de la cronología que asociamos al mismo. Puede incluso que haya casas que se empezaron a construir de una manera y en un determinado momento dieron marcha atrás, como hemos visto en una casa de Renedo de Cabuérniga, aquí (punto 7).
Nosotros también hemos bailado con la terminología y con la cronología. Poco a poco nos vamos sintiendo más seguros.
En el barrio La Cotera de Mazcuerras hay una hilera de casas bajas impresionante, aquí (punto 4). Por las puertas, son renacentistas. Durante las obras de ampliación de la carretera ha aparecido una piedra en los cimientos de una casa del lateral que el vecino ha puesto en el portalón.
Los dientes de sierra y los sogueados son un clásico en nuestra arquitectura tradicional. Pero suelen aparecer tallados en madera.
El vecino nos dijo que seguramente estaba el cantero trabajando en esta piedra cuando se le rompió y la desechó, acabando en los cimientos de la casa que en ese momento estaba en construcción. Anterior a esta piedra la casa no es.
Fijaos porque es una casa que no tiene acceso exterior al soberau, característica que hemos apuntado en otras casas de la época, aquí. El propietario la heredó encalada pero recientemente la picó.
Sería genial primero buscar en el valle o alrededores alguna construcción que presente una decoración en piedra similar (en esta corraliega no está) y segundo utilizar la cronología de la piedra (también vale aproximación estilística, caso de no encontrarse la construcción que iba a ser destino de la piedra) para caracterizar cronológicamente la hilera de casas, y así ayudar en la polémica sobre la cronología de las casas bajas cántabras.
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