Decía ayer Bernardo Atxaga que si el éxito de una lengua, e iba de suyo que él se estaba refiriendo a la literatura escrita en esa lengua, que si su éxito dependiera del número de hablantes, o en su caso de lectores, el chino sería una lengua o tendría una literatura de éxito desde hace décadas, cuando, por el contrario, no es hasta ahora que China empieza a ganar peso en las finanzas mundiales que empezamos a saber de su literatura y nos llegan obras literarias suyas.
Lo mismo con el euskera / vasco.
Lo mismo con el cántabru / cántabro.
No es una cuestión de número sino de poder. O para los que no creemos o no queremos creer en la importancia del poder, en el querer.
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